• domingo, 23 de marzo de 2025
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SOCIEDAD

Los investigadores de la Universidad de Navarra que han encontrado un tratamiento a un cáncer agresivo

El estudio, publicado en la revista Blood, de gran impacto internacional en el ámbito de la hematología, ha revelado un papel crucial en esta enfermedad. 

(De izquierda a derecha): Miguel Angel Canales, Iñigo Clemente, Javier Novo, Adrián Arnaiz, Pablo Sarobe, Sergio Roa, Juan José Lasarte, Sara Contreras, José Ángel Martínez-Climent, Blanca Berrozpe, Marian Burrell, Javier Melchor, Sandra Morales, Mercedes Rubio. CEDIDA
(De izquierda a derecha): Miguel Angel Canales, Iñigo Clemente, Javier Novo, Adrián Arnaiz, Pablo Sarobe, Sergio Roa, Juan José Lasarte, Sara Contreras, José Ángel Martínez-Climent, Blanca Berrozpe, Marian Burrell, Javier Melchor, Sandra Morales, Mercedes Rubio. CEDIDA

Un equipo de investigadores de la Universidad de Navarra, en colaboración con la empresa farmacéutica Roche, el Instituto de Salud Carlos III-CIBERONC, la Universidad de Salamanca y el Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdisNA), ha realizado un hallazgo clave en la biología del linfoma B difuso de células grandes (LDCBG), el subtipo más frecuente del conocido como linfoma no Hodgkin.

El estudio, publicado en la revista Blood, de gran impacto internacional en el ámbito de la hematología, ha revelado el papel crucial de la interleucina 10 (IL-10) en la progresión de este cáncer agresivo.

El linfoma LDCBG afecta a los linfocitos B, provocando un crecimiento difuso en tejidos linfoides como ganglios y bazo, con una evolución clínica heterogénea que puede resultar letal sin tratamiento. Aunque la inmunoquimioterapia actual (R-CHOP) permite la remisión en muchos casos, un porcentaje significativo de pacientes experimenta recaídas o resistencia, lo que subraya la necesidad de explorar nuevas estrategias terapéuticas.

Los investigadores han desarrollado un modelo animal inmunocompetente que recrea esta enfermedad humana, permitiendo la eliminación específica del gen IL-10 en las células tumorales.

Los resultados han demostrado que la IL-10 tumoral desempeña un papel dual: por un lado, favorece el crecimiento del linfoma y reduce la eficacia de la terapia convencional con anti-CD20. Sin embargo, a su vez, contribuye a mantener una respuesta inmune antitumoral más robusta, lo que abre la puerta al uso de otras inmunoterapias, como el bloqueo de PD-1.

El Dr. Sergio Roa, investigador del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra y profesor de la Facultad de Ciencias, ha explicado que "los estudios preclínicos han resultado fundamentales para comprender cómo la secreción de IL-10 por las células tumorales B no solo favorece su supervivencia, sino que también regula el microambiente del linfoma". Esta regulación impide que el entorno tumoral se convierta en un nicho inmunosupresor extremo, lo que podría comprometer la eficacia de nuevas inmunoterapias.

Uno de los grandes avances de este trabajo ha sido la identificación de huellas transcriptómicas relacionadas con la comunicación celular a través de IL-10, lo que permite predecir la respuesta clínica al tratamiento estándar. Según el Dr. Marcos García-Lacarte, primer autor del estudio, "este descubrimiento destaca la importancia del papel inmunomodulador de IL-10, que deja una huella en el tumor que podemos rastrear a nivel genético y utilizar para predecir la respuesta clínica en pacientes con linfoma difuso".

La investigadora predoctoral Sara Contreras, coautora del estudio, ha añadido que "la estratificación de los pacientes según su capacidad de producción de IL-10 y el grado de agotamiento inmunológico en el microambiente tumoral abre la puerta a refinar futuras estrategias con nuevas generaciones de inmunoterapia e incluso mejorar la eficacia de las terapias actuales".

El hallazgo no solo ofrece conocimientos fundamentales sobre la biología del linfoma LDCBG, sino que también proporciona modelos animales innovadores que pueden emplearse para el desarrollo y evaluación de nuevas estrategias terapéuticas. Estos modelos tienen un potencial significativo para su aplicación en ensayos clínicos, mejorando la precisión y efectividad de las inmunoterapias futuras.

Este avance supone un paso importante en la lucha contra el linfoma no Hodgkin, ofreciendo nuevas vías para la personalización de los tratamientos y optimizando la respuesta clínica en pacientes que enfrentan esta enfermedad tan agresiva.

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Los investigadores de la Universidad de Navarra que han encontrado un tratamiento a un cáncer agresivo