La llegada del buen tiempo a Navarra anima a muchos a coger el coche y descubrir la Comunidad foral. Se puede elegir entre rutas, senderos y caminos increíbles que llevan a lugares donde el calor no afecta.
Descubrir las mejores cascadas de Navarra es un muy buen plan para tener pendiente, si quieres disfrutar a tope del turismo Navarra, es el mejor momento de ponerse la pilas.
Una de las más conocidas es Xorroxin, que se encuentra en el arroyo de Iñarbegi, cerca del barrio de Gorostapolo en la localidad de Erratzu, formando una espectacular caída de agua a los pies del monte Autza. Es una joya natural y uno de los lugares más encantadores del Baztán.
Su nombre proviene del euskera: zorrota (chorro) y osin (poza). Esta cascada tiene su origen en la naturaleza del suelo, dominado por cuarcitas y dolomías, materiales muy resistentes a la erosión, lo que crea una cascada tan hermosa.
El entorno de la cascada de Xorroxin es impresionante; en algunos momentos parece un bosque tropical, con la presencia de hayas, robles, avellanos, fresnos, entre otros.
Para llegar a Xorroxin, hay que seguir un sendero de 2 kilómetros de ida y 2 de vuelta, con muy poco desnivel. Puede completarse cómodamente en un par de horas. Es una ruta de senderismo fácil y agradable, ideal para un fin de semana en pareja, con amigos o con niños.
El sendero circular lleva a la cascada de Xorroxin, en la regata de Iñarbegi, uno de los manantiales del Bidasoa. La suavidad de las líneas y colores del paisaje de Baztán contrasta con la espesura y humedad del entorno de la cascada, siendo finales de primavera la mejor época para visitarla.
El inicio del recorrido está en el pueblo de Erratzu, con su compacto casco urbano que merece una visita para contemplar el típico caserío de la zona.
Un estrecho camino asfaltado nos lleva entre prados hasta Gorostapolo, una agrupación de caseríos que vale la pena visitar, y donde está prohibido el acceso en vehículo. Desde la ermita situada a la entrada, un camino empedrado desciende y cruza el arroyo de Iñarbegi, adentrándose poco a poco en el barranco, donde destacan centenarios castaños trasmochos.
Tras cruzar nuevamente el río, un camino a la izquierda se adentra en el cauce que debemos cruzar (cuidado: piedras resbaladizas) para alcanzar la sonora cascada, rodeada de abundantes musgos, líquenes y helechos que revelan la persistente humedad.
El regreso se realiza por el mismo camino hasta el puente de Iñarbegi. Desde el barrio de Iñarbil, se regresa a Erratzu. Xorroxin es un lugar mítico e idílico, accesible con poco esfuerzo y que hará de cualquier día una experiencia inolvidable.
Las mejores épocas para realizar esta ruta son primavera, verano y otoño. En primavera, el caudal del agua es mayor, y en otoño, el despliegue de colores a lo largo del camino es espectacular.
La leyenda de Xorroxin
Según las leyendas del valle de Baztán, en este recóndito paraje hace muchos años aparecían misteriosas mujeres con cola de pez que se alisaban el cabello con peines de oro.
También se cuenta que la diosa Mari habitaba en una cueva del vecino monte Autza junto a su compañero Heresengue o Sugaar, con forma de serpiente macho. Junto con las lamias, aparecían en los arroyos alisándose el pelo con peines dorados.
Las lamias son seres mitológicos, cuya parte superior del cuerpo es el de una hermosa mujer, y las extremidades inferiores pueden ser como las de una gallina, un pato o una cabra.
Cuenta la leyenda que una de estas lamias se enamoró de un joven pastor de Erratzu que solía llevar a su rebaño a pastar por la zona. Su fascinación por el muchacho era tan profunda que, cuando este la rechazó, su llanto provocó una cascada cristalina. Dicen que, todavía en la actualidad, este salto de agua se debe a las lágrimas de la lamia que no ha dejado de llorar su desamor.
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