El templo de San Bartolomé Apóstol, sin culto desde hace años, se convertirá en un espacio cultural y vecinal abierto a la población.
El Arzobispado de Pamplona y Tudela ha firmado con el Ayuntamiento de Ribaforada un acuerdo para la cesión de uso de la antigua iglesia parroquial de San Bartolomé Apóstol, un edificio que llevaba años sin culto y que a partir de ahora podrá destinarse a actividades culturales y sociales abiertas a todo el vecindario.
El contrato, firmado el 30 de octubre de 2025, permite al consistorio utilizar el inmueble durante 50 años prorrogables, con el compromiso de rehabilitar, reparar y mantener tanto la estructura del templo como los espacios anexos. La antigua iglesia, situada en el número 1 de la plaza de San Francisco Javier, cuenta con una superficie total de 360 metros cuadrados, repartidos entre la nave principal y la parte posterior.
La firma del documento contó con la participación del ecónomo diocesano Jorge Irurzun Tihista, el párroco Huynh Nguyen, el alcalde Tirso Calvo Zardoya, la secretaria municipal Andrea Lafuente y el abogado del Arzobispado Miguel Barrio.
El acuerdo establece que el inmueble se destinará a “satisfacer el interés general del vecindario”, y podrá acoger exposiciones, conferencias, actuaciones artísticas y eventos culturales. Además, el centro parroquial anexo será demolido para generar un nuevo espacio público municipal, según aprobó el Pleno del Ayuntamiento el pasado 23 de octubre.
Aunque el edificio pasará a tener un uso civil, el contrato mantiene abierta la posibilidad de celebrar actos religiosos si así lo solicita el párroco de la parroquia de San Bartolomé Apóstol. En esos casos, el Ayuntamiento deberá facilitar el uso del templo y permitir el traslado temporal de las imágenes religiosas, que serán devueltas a su lugar original tras el oficio.
Desde la parroquia han subrayado que esta cláusula era “esencial” para la firma del acuerdo, ya que garantiza la preservación del carácter religioso del inmueble. Además, las actividades organizadas en el espacio deberán ser respetuosas con las creencias y la moral cristiana, tal como se recoge en el contrato.
