El Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN) ha alcanzado un nuevo hito con más de 1.500 trasplantes de médula ósea realizados desde 1991, utilizados para tratar leucemias, linfomas o mieloma múltiple.
Solo en el último año, uno de cada dos trasplantes se ha llevado a cabo con células procedentes de donantes voluntarios anónimos, lo que ha aumentado las posibilidades de éxito en pacientes que no contaban con un familiar compatible.
Con motivo del Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, el Dr. José Rifón, responsable de la Unidad de Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos, ha destacado la importancia de hacerse donante joven: “Cuanto más joven se dona, hay más posibilidades de que el trasplante sea exitoso porque las células madre son más sanas y también se amplía el tiempo en el que uno puede ser donante”. Según ha explicado, esta donación “salva vidas, ya que va destinada a pacientes sin otra opción terapéutica ante enfermedades incompatibles con la vida”.
El trasplante de médula ósea es una terapia que busca restaurar la producción normal de células sanguíneas en pacientes con alteraciones hematológicas graves. La Clínica Universidad de Navarra diferencia entre el trasplante autólogo (con células propias del paciente) y el alogénico (con células de un donante). En ambos casos, las células se procesan en el laboratorio del Área de Terapia Celular antes de su implantación.
Los pacientes permanecen ingresados al menos dos semanas para recibir quimioterapia o radioterapia y, posteriormente, se les transfunden las células progenitoras. El Dr. Rifón ha subrayado que “el proceso ha mejorado mucho y ha reducido notablemente los efectos secundarios”, destacando la labor interdisciplinar del equipo del CCUN, que optimiza las ventajas de cada tratamiento.
El éxito del trasplante depende de factores como la compatibilidad HLA, la edad y el estado de salud del paciente. Además, la Unidad cuenta con la acreditación internacional FACT-JACIE, que garantiza altos estándares de calidad y seguridad médica durante todo el proceso.
Una opción también para pacientes pediátricos
En el caso de los niños, el trasplante se indica con mayor frecuencia para tratar la leucemia linfoblástica aguda, el cáncer pediátrico más común. Esta enfermedad provoca la proliferación descontrolada de linfocitos inmaduros, impidiendo la producción de células sanguíneas sanas. “Los niños responden mejor a los trasplantes y presentan tasas de curación y supervivencia más altas que los adultos”, ha señalado el Dr. Rifón, quien también ha recordado que “el tratamiento puede ser largo y con momentos difíciles para los menores y sus familias”.
Según el Ministerio de Sanidad, los trasplantes de médula ósea han aumentado un 42% en España desde 2012, con los alogénicos —de donantes sanos— representando un 41,6% del total. “El trasplante es un tratamiento curativo, pero con riesgos que asumimos acompañando de cerca a cada paciente”, ha concluido el especialista.