• martes, 16 de abril de 2024
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SOCIEDAD

De Copenhague hasta la plaza del Castillo: el viaje de 2.000 kilómetros en bici de este 'navarro de adopción'

El 'navarro de adopción' Chechu Urtiaga ha recorrido 2.212 kilómetros desde Copenhague en bicicleta hasta llegar a Pamplona.

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Chechu Urtiaga montado en su bicicleta durante un momento de su viaje en bicicleta desde Copenhague hasta Pamplona. CEDIDA

Chechu, o Urtiaga (como prefiere que le llamen) es un profesor cántabro, que vive en Madrid, pero que está muy unido a Pamplona, su segunda casa la llama. El pasado mes decidió recorrerse toda Europa desde Copenhague para terminar su recorrido en la céntrica plaza del Castillo.

El día 2 de julio cogió un vuelo desde Madrid y aterrizó en Copenhague con su bicicleta, la cual tuvo que montar pieza por pieza para poder comenzar la ruta que ha durado de 33 días. Para él no es nada nuevo, porque hace años ya hizo la ruta Holanda- Finisterre, pasando también por Pamplona.

Con un presupuesto de 30 euros por día, aproximadamente, ha visitado cinco países. Partió de la capital danesa, cruzó por completo Alemania, atravesó Bélgica por el oeste, recorrió Francia evitando París por las grandes aglomeraciones y ha terminado este 3 de agosto en pleno centro histórico de Pamplona.

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Chechu Urtiaga, durante su viaje en bicicleta desde Copenhague hasta Pamplona. CEDIDA

Entre los lugares que ha visitado se encuentran Hamburgo,donde paró tres días para visitar a su novia, además de Bremen, Lieja (Bélgica) y pequeñas ciudades del norte de Francia como San Juan de Pied de Port. Durante el recorrido ha evitado las grandes ciudades, porque es más difícil de acceder, los precios son más caros y surgen más problemas.

Urtiaga ha recorrido una media de 80 kilómetros diarios con su bicicleta, llegando a andar hasta 140 kilómetros el día de mayor esfuerzo. A esto hay que sumarle los casi 22 kilos que lleva consigo de equipaje. "Tenía dos alforjas delanteras, de cinco litros cada una, y otra trasera, además de la tienda de campaña, el hornillo para cocinar, dos litros de agua para beber durante el viaje y una caja de herramientas con el gps, frontal...", comenta.

Cuenta que sí que ha habido ocasiones en las que le ha costado avanzar, y eso que ha seguido un estilo bastante minimalista y ha evitado llevar cosas innecesarias. Físicamente está acostumbrado a realizar pruebas de ultradistancia y andar en bici, por lo que no se le ha hecho tan complicado. La clave, apunta, es parar antes de estar totalmente cansado.

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Urtiaga descansando en una hamaca durante una de las paradas de su ruta en bicicleta. CEDIDA

Lo más complicado del viaje, admite, han sido los repentinos cambios de temperatura que ha vivido. Al comenzar la ruta, en Dinamarca y norte de Alemania, le pilló una ola de frío con mínimas de hasta -2º, donde lo ha pasó mal, sobre todo por las noches, ya que al dormir en el bosque y en zonas alejadas de las ciudades las temperaturas eran más bajas.

De un día para otro al entrar en Francia le pilló otra 'ola', en este caso de calor. Cuenta, a modo de anécdota, que pasaba por 'pueblos fantasma' en los que no vivía nadie y donde le era muy difícil conseguir agua para beber, así que un par de ocasiones tuvo que ir al  cementerio del pueblo para conseguir agua, ya que era el único lugar en el que podía abastecerse.

EL 'COACHSURFING', LA FORMA DE HOSPEDARSE Y CONOCER CULTURAS

Para dormir, Chechu ha aprovechado  la experiencia al máximo y se ha hospedado en alojamientos de 'coachsurfing' y 'warmshowers', es decir, personas que altruistamente abren su casa a gente que está de paso para que duerman allí una noche. Te dejan una habitación o el jardín para dormir. "De esta forma ves cosas que no verías en un hotel, te cuentan su experiencia, te acogen, ves cómo viven", afirma.

Una de las cosas que más le ha sorprendido de este modo de alojarse y de conocer nuevas culturas es la hospitalidad de la gente. Recuerda un día en un pueblo de Francia en el que se hospedó en una casa de 'coachsurfing'. No conocía de nada a los dueños, y tras llevar solo dos horas en la casa le dejaron solo y ellos se fueron a pasear. Él cuenta asombrado la confianza que le depositaron nada más conocerle como para dejarle solo.

Algo de lo que también se ha dado cuenta durante el viaje es el respeto que tienen en los países del norte de Europa por los ciclistas. Explica que allí el carril bici discurre por zonas totalmente verdes, que tienen paradas para ir al baño y hasta estaciones para hinchar las ruedas y reparar las bicicletas.

De esta forma el viaje se le ha hecho más ameno, cuenta, porque "aunque vayas sufriendo da igual porque todo es precioso. Hay silencio, bosque y es muy llevadero". 

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Tienda de campaña en la que Urtiaga pasaba las noches durante el viaje que le ha llevado a hospedarse desde campnings hasta casas de 'coachsurfing'. CEDIDA

LA ETAPA MÁS BONITA Y LA LLEGADA A PAMPLONA

Tras cumplir el mes de viaje, la etapa que más le ha gustado a este 'navarro' de adopción ha sido la del Pirineo y San Juan de Pie de Port. Cuenta que subir los Pirineos  y admirar ese paisaje mientras se pedalea es una preciosidad. 

La llegada a Pamplona fue "muy calurosa" y algo llamativa, dice entre risas, pues llegaba montado en la bici con unos pantalones cortos y sin camiseta. Se sacó una foto en la Plaza del Castillo y esperó a sus amigos en un bar.

Cuenta que pidió una cerveza y les dijo a unos que estaban en la barra "nada, que acabo de llegar de Dinamarca" y estuvo un rato charlando con ellos e incluso le invitaron a una cerveza hasta que llegaron sus amigos.

"Me hinché a comer pinchos y a cervezas pero ha valido la pena", cuenta entre risas. Ese mismo día también tenían pensado quedarse hasta tarde pero, admite, que a las 21:00 de la noche y entre una cosa y otra se tuvo que ir a casa porque estaba 'reventado'.

Cogiendo una imagen global de la experiencia, Urtiaga concluye que ha sido un viaje que comenzó para ver hasta donde llegaba, "como unas vacaciones pero en bici" y que quitando zonas de alguna ciudad que han podido resultar más peligrosas, es todo muy seguro y ha sido muy fácil viajar de esta manera.


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