- martes, 06 de mayo de 2025
- Actualizado 14:48
Cuando Zapatero afirmó -mientras contaba nubes- que los acuerdos a los que llegara su sucesor Pedro Sánchez serían los mejores, me permití echarme a temblar; los augurios y los hechos del ex presidente socialista han sido sistemáticamente catastróficos y equivocados en tres direcciones: dejó al PSOE al borde del abismo, levantó los fantasmas del pasado, echó gasolina a las brasas de los nacionalismos, fue incapaz de ver la crisis y hundió en la miseria la economía española.
El periodo vacacional de la Semana Santa que ha comenzado este pasado fin de semana y que se prolongará hasta el próximo lunes de Pascua afectará no solamente a los ciudadanos que puedan disfrutar de estos días repartidos entre los pasos procesionales y el mar o la montaña, sino también a los dirigentes políticos en sus negociaciones para formar un nuevo gobierno.
El voto conjunto de Podemos y PSOE en algunas iniciativas parlamentarias, así como el encuentro del líder socialista, Pedro Sánchez, con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, agitan las coordenadas de la gobernabilidad, inalterables desde el recuento electoral del 20-N. Valgan esos términos. Agitación, sí. Alteración, no. Al menos de momento. Aunque se hable de manos tendidas y las lenguas están menos afiladas.
Es justo y saludable que los partidos se echen en cara unos a otros los problemas de corrupción de cada cual. Lo que ya no es tan saludable es que lo utilicen como coartada de los casos propios o que comparen de forma ridícula y fraudulenta la importancia de los ajenos con los propios cuando esa comparación da mucha risa.
El oxímoron está cuajando como figura retórica entre los políticos españoles. El último en usarlo ha sido el expresidente de la Región de Murcia, el popular Alberto Garre, que ha manifestado que en el PP hay un "clamor silencioso" que pide que Mariano Rajoy "dé un paso atrás por España y por el Partido Popular".
Si el PSOE tiene decidido mantener el acuerdo logrado con Ciudadanos, si Podemos se niega a negociar nada con el PSOE porque se declara incompatible con Ciudadanos, si el PSOE no va a facilitar ni por activa ni por pasiva una hipotética investidura de Mariano Rajoy y Mariano Rajoy tampoco va a facilitar la investidura de Pedro Sánchez, me parece a mi que los partidos deberían de decir claramente que no hay acuerdo posible y no hacer perder mas tiempo a los ciudadanos.
No ha sido muy alto ni brillante en las últimas legislaturas el nivel parlamentario en el Congreso, en parte por la severas limitaciones ideológicas y oratorias de la mayoría de los diputados y portavoces, en parte por la degradación del debate político a resultas de la mayoría absoluta y despótica del Partido Popular en los últimos tiempos, pero a la vista de la inicial aportación de alguna de las nuevas incorporaciones, sustanciada en la presente sesión de investidura, el dicho nivel puede acabar arrastrado por el suelo.