Decía Ortega y Gasset que para conocer como se encontraba España bastaba con asomarse a una plaza de toros, hoy más que nunca esta afirmación es real al pie de la letra
Tan claro como notorio es el posicionamiento antitaurino del equipo de gobierno del ayuntamiento de Madrid, que con Carmena al frente, no duda en saltarse la Ley “a la torera”.
Cambiamos el guarismo y entramos de lleno en 2016, un año que ni mucho menos será de transición para el mundo del toro atendiendo a los cambios que tanto desde dentro como desde fuera parece que se irán sucediendo a lo largo de la temporada.
Los clásicos mentideros taurinos tienen hoy en día un nuevo espacio en las redes sociales, con twitter a la cabeza las noticias vuelan en ocasiones a mayor velocidad en esta herramienta de microblogging que en las propias redacciones de los medios.
Erase una vez un inglés, un americano y uno de Lorca… Así, o parecido, empezaban muchos de los chistes que contábamos en la infancia. Pero no eran ningún chiste los 6 escolares que esperaban en chiqueros el pasado Sábado, 11 de julio.
Admiten que no son los que más saben de toros pero si los que más voces dan en la plaza, sobre todo cuando se sienten estafados por una presidencia incompetente que cede al público festivalero.
El otro día leyendo la “heroica ekintza” contra el toro de Osborne de los “libertadores de Ernai” en Tudela, volvía a mi memoria la cita del pastor Martin Niemoeller, erróneamente atribuida a Brech:
¡Ay las etiquetas! Ahora tan de moda en el mundo virtual con la almohadilla, pero de siempre existieron, tanto las que nos ponen otros como las que uno mismo nos ponemos.