Osasuna volvió a sorprender en Tarragona. Tuvo temple para sobreponerse al gol tempranero. Templó, fue a lo suyo, igualó, remontó y puso la eliminatoria imposible para el Nàstic.
El mejor partido de la temporada, sin duda. Osasuna se ha trasmutado, y el 3-1 refleja el giro copernicano dado en su mentalización y puesta en escena.