Julen Castro Álava y su pareja, Daniella Zemko, han abierto recientemente una nueva cafetería en Tudela con una novedad que no se encuentra en ningún otro establecimiento similar en Navarra: los chimney cake. La suya es una historia de amor que se ha fraguado en tres países diferentes (Inglaterra, Hungría y España). Y que ha dado como resultado este peculiar negocio, Parelos Chimney Cake Café Bar, que sueñan con hacer llegar a otras ciudades de España.
Castro ha dedicado buena parte de su vida laboral al sector de la hostelería, que le llevó a trabajar en Londres. Allí conoció a su mujer, quien también se dedicaba a la hostelería. Pronto se enamoraron y comenzaron una vida juntos que les ha llevado a emprender su propio negocio en Tudela, de dónde es natural él.
Eso sí, la pareja no ha querido dejar de hacer un guiño al país del que procede Zemko, Hungría. Por eso, la propuesta más original del negocio son los chimney cake, el dulce por excelencia húngaro. Consiste en una masa que se enrolla alrededor de un cilindro y se espolvorea con azúcar. Tras el horneado se le añaden tópings al gusto del consumidor. Y se puede rellenar con helado o crema de avellanas, por ejemplo.
"Hemos viajado mucho por Hungría. Allí probé los chimney cake y me parecieron la bomba", rememora Castro. Reconoce que siempre tuvo el gusanillo de emprender con su propio negocio. La pandemia pilló a esta pareja, precisamente, en Hungría y sin trabajo. Por eso, decidieron volver a España y cumplir con ese sueño.
"Nos decantamos por una cafetería porque es dónde más experiencia tenemos", explica él. Además, optaron por asentarse en Tudela porque es la ciudad dónde se encuentra su familia y tienen un piso, por lo que era más sencillo empezar ahí.
Eran plenamente conscientes de que en Tudela, al ser una ciudad pequeña, a la gente le cuesta más probar los productos novedosos. "Además, el chimney cake no es un producto para comer todos los días", puntualiza. De ahí, que la pareja haya querido diversificar un poco el negocio.
"En el café bar tenemos un poco de todo", asegura Castro. Bollería, pinchos, tortilla, bocadillos o cócteles de café son algunas de las propuestas que complementan la oferta. "Los bocadillos los hacemos con la misma masa que los chimney cake pero en versión salada. En vez de azúcar, lleva queso", especifica.
Parelos Chimney Cake Café Bar abrió sus puertas el 22 de agosto, en vísperas de las fiestas de Tudela. Apenas lleva un par de meses rodando y Castro ya ha podido comprobar que la aceptación "es buena".
Eso sí, espera poder llevar los chimney cake a zonas más turísticas de España. "En Hungría es habitual ver largas colas de clientes esperando para hacerse con un dulce de estos", rememora. Y le gustaría emular esta escena.
Eso llegará más adelante. Por el momento, él y su pareja centran sus esfuerzos en asentar el negocio que acaban de abrir en Tudela. "Vamos a seguir mejorándolo. Tenemos previsto incorporar también tablas de jamón y queso", avanza.
Recientemente han incorporado a una camarera que les ayuda los jueves y los sábado. "Los jueves hacemos un pincho-pote. Ofrecemos entre 6 y 9 pinchos, elaborados con la masa salada de los chimney cake y tiene mucha aceptación", explica. De ahí, la necesidad de reforzar la plantilla ese día.
Castro se muestra satisfecho porque en esto pocos meses sus chimney cake ya han ganado adeptos. "A la gente le cuesta probarlos porque es algo desconocido, pero a los que se animan les gustan", sostiene.
Asegura que le gusta preguntar a los clientes, cuando los prueban, qué les parecen. Y se queda con la respuesta que le dio uno de ellos: "Este chimney cake es un pequeño trozo de felicidad".
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