En tiempos en los que abundan los locales modernos y las cartas llenas de fusión, hay restaurantes en Navarra que mantienen viva la cocina de casa, la de toda la vida. Esos platos que huelen a guiso recién hecho, que recuerdan a la mesa familiar y que no necesitan artificios para conquistar.
Uno de esos sitios ha sabido resistir al paso de las décadas con un menú que combina abundancia, sabor y precio ajustado. Allí no hay raciones mínimas ni postres industriales: todo es casero, generoso y preparado con mimo. El secreto está en cuidar los detalles, elegir buen género y no escatimar, junto al Camino de Santiago.
Ese lugar es el restaurante Lara, ubicado en el polígono industrial de Villatuerta, en la avenida de los Tilos 2A, y convertido en toda una referencia en la zona de Tierra Estella. Lo dirigen José Luis Lara Esparza, de 53 años, y Larraitz Etxabe San Emeterio, socios que han recogido el testigo familiar para mantener intacto el espíritu de siempre.
El negocio abrió en 1965 de la mano de los padres de José Luis: Blas Lara Sanz de Galdeano, natural de Villatuerta, y Teresa Esparza, de Riezu. El propio José Luis recuerda que su vida siempre ha estado ligada al bar. “Mis primeras interacciones fueron los veranos con diez u once años ayudando a mis padres. El bar estaba entonces en el centro del pueblo, lo había montado un tío mío que falleció en accidente, y es el actual restaurante Gori Gori”, explica con nostalgia.
Con los años, la familia tomó una decisión clave: trasladar el negocio a su ubicación actual, en el polígono. “Queríamos trabajar el menú del día como principal línea de negocio en un lugar donde no había ningún local hostelero”, señala Lara. El antiguo bar Lara, situado junto a la carretera nacional 111 Pamplona - Estella, sigue siendo suyo aunque con otro enfoque. “Ahora es el Gori Gori, alquilado como asador, más gourmet, no tanto para el día a día”, matiza.
Uno de los grandes cambios llegó con la pandemia, que disparó la comida para llevar. “Desde entonces trabajamos mucho, casi el 30 o 40% de los menús se reparten a empresas de la zona. Enviamos el menú del día por WhatsApp y ellos eligen. Se prepara y se les sirve, o bien vienen aquí a recogerlo”, comenta.
Hoy el restaurante emplea a entre diez y once personas, con equipo estable de lunes a viernes y refuerzos los sábados. “Es un negocio de solera, de años. Muy estable, con buen producto y buen servicio. No escatimamos en género, ofrecemos buenas raciones y la gente lo valora con un precio muy competitivo que no se da”, resalta Lara, orgulloso del rumbo del local.
El menú del día no llega a 15 euros con café incluido, mientras que el menú de fin de semana cuesta 19,50 euros. Todo basado en recetas tradicionales de la cocina navarra, elaboradas con productos de temporada y un equipo de cocina que, como subraya el propietario, “lleva con nosotros muchos años”.
Los platos hablan por sí solos: espaguetis con crema de hongos, lasaña casera de hongos y carne, carrillera de cerdo guisada al vino tinto con patatas, ajoarriero o atún canario a la plancha con salsa de piquillos. Y, para terminar, los postres caseros que levantan pasiones: la tarta de queso con mermelada de arándanos, la tarta tres chocolates o incluso un sorbete de cuajada que algunos clientes califican como el mejor.
En redes sociales abundan las reseñas positivas. “Restaurante de menú del día de trabajador. Muy buena calidad, menú con ocho primeros, ocho segundos y diez postres. Servicio muy rápido y precio asequible. A tiro fijo, da gusto la atención que dan al trabajador que va a comer en su día a día. Lo recomiendo al 100%”, escribe un comensal.
Otra clienta subraya: “Las camareras son majísimas y la comida siempre está muy rica. El menú del día está muy bien: muy buen precio, muchos platos para elegir, buena cantidad y postres caseros”.
Un tercero añade: “De lunes a viernes funciona dando un menú del día muy rico y variado, a muy buen precio y calidad. El sábado tiene un menú fin de semana más variado si cabe y con la misma calidad. Las camareras son muy agradables y atentas. El mejor postre, sorbete de cuajada”.
