Fermín Javier Sanz Villafranca es un joven de 31 años que se ha atrevido a montar un negocio de pastas y helados en Pamplona desde hace poco más de dos años, a pesar de la siempre convulsa situación en la que vive el pequeño comercio en la capital navarra.
La tienda 'Pastas Fermín' está en la calle Martín de Azpilcueta 13 en el barrio de San Juan. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local en la capital navarra.
Como es el caso, por ejemplo, la tienda de cortinas y menaje Gelisa que ahora dirige un matrimonio argentino, o la herboristería Todo Natural que el pamplonés Xabier Sanz desea vender por un grave problema de salud.
Fermín Sanz vende en su tienda de 40 metros cuadrados todo tipo de repostería navarra. Magdalenas artesanas, pastas de té, de moscatel, txantxigorris de Vidaurre, lazos, rosquillas, bizcochos, pastas sin azúcar y el pan de Ismael Oscoz, el panadero de Ultzama.
Fermín Sanz tiene 31 años y ha decidido abrir este negocio en el mismo barrio donde vive: "Hice trabajo social pero la vida me llevó a esto. Llevo apenas dos años y estoy contento. Trabajar en el barrio donde me he criado es muy agradable".
Asegura que la gente en el barrio de San Juan "tiene muy metido el tema de comprar en el pequeño comercio y estoy muy agradecido por la clientela que tengo". El lanzarse a esta aventura "fue a raíz de que un amigo me comentó el tema. Le di vueltas y tiramos para adelante, pero siempre está la familia para echar una mano".
Casi todo el año está él solo en la tienda: "Sí que me ayuda otra persona para el tema de los helados, sobre todo en el verano. Estoy muy contento. No me puedo quejar. La tienda tiene mucha aceptación. Somos un referente en el barrio y también quieras que no en Pamplona", asegura Fermín Sanz.
Escribe unos mensajes en un cartel junto a la puerta del negocio, siempre de apoyo al comercio local: "A veces son cosecha propia y a veces de libros o de pensadores para alegrar y sacar una sonrisa a la gente en una calle peatonal. Te lo agradecen y a veces le sacan fotos".
Fermín reconoce que no es fácil salir adelante: "La cosa está complicada para poner tu dinero y jugártelo en un comercio pequeño, tanto gente joven como no. Poco a poco vamos saliendo y a ver si hay más gente que se anima".
En cuanto a sus productos a la venta: "Tenemos pan de la Ultzama muy bueno y productos de todo navarra, de Olite y de Tafalla, y también cosas nacionales. Por ejemplo, helado de un obrador de Málaga y unas magdalenas artesanales de Extremadura".
"Sobre todo pastas, bebidas dulces como el moscatel navarro, café para la sobremesa que acompañan a las pastas. Hay rosquillas, fardalejos de Arnedo, mantecados, pastas de Huarte. Un poco de todo", asegura Fermín Sanz.
En cuanto a sus clientes, señala: "La gente está muy contenta. Casi todo el mundo que viene es gente mayor y en verano con los helados viene los chavales con sus madres y sus abuelas. Esta calle es la mejor para abrir un negocio y solo puedo estar agradecido a los vecinos y a los clientes del barrio", concluye Fermín Sanz.
El padre de Fermín Sanz, Fermín Sanz Uriz, está siempre ayudando al hijo: "Surgió este local muy adecuado para el negocio y arrancó. La familia está contenta. Ha costado desde que abrió, sobre todo al principio, pero se sabe ganar a la gente. Vale mucho como comercial", asegura.
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