Mila y Patxi Goñi Sanzberro, de 55 y 57 años, han cumplido un cuarto de siglo al frente de un negocio que forma parte de su vida desde que eran pequeños muy cerca de Pamplona. Son dos hermanos acostumbrados al esfuerzo diario, a los horarios largos y a pelear contra la competencia sin perder nunca la cercanía con sus clientes.
La tienda que dirigen está muy cerca del monumento a la Campana que sorprende al visitante al llegar a esta localidad. Está junto al bar Juanito de toda la vida y también del bar Zubizarra que se traspasa por jubilación.
El comercio lo pusieron en marcha sus padres a comienzos de los años 60. Primero fue Luis Goñi Avelino, electricista de oficio, quien se encargaba de las reparaciones a domicilio. Tras casarse se incorporó su madre, Milagros Sanzberro Equioiz, procedente de Arizcun, que se quedó detrás del mostrador para atender al público.
La tienda de electricidad e iluminación Goñi, ubicada en la calle La Nogalera 7 de Burlada, se ha convertido en un punto de referencia para vecinos de la localidad y de la comarca. “La tienda empezó en 1960 más o menos y nosotros llevamos aquí 25 años”, ha recordado Mila.
El día a día no resulta sencillo. “Nos llega el sueldo para final de mes así que bien. No nos quejamos. Es duro el día a día pero seguimos adelante”, ha comentado Patxi, que se ocupa sobre todo de la parte de instalaciones. Los productos más habituales siguen siendo los básicos para el hogar: enchufes, cables, lámparas de techo, de baño o de salón, focos LED y ventiladores, que ahora se han convertido en lo más demandado.
El horario también es una prueba de resistencia. Abren de lunes a viernes de 9 a 14 horas y de 16:30 a 20 horas, además de los sábados de 10 a 13:30. “Solo cerramos en Sanfermines, en fiestas de Burlada y una semana cada uno, porque el autónomo no tiene mucha vacación. No nos podemos poner enfermos”, ha señalado Mila.
En casa, la continuidad del negocio se ha visto como un motivo de orgullo. “La familia esta muy ilusionada de que sigamos mi hermano y yo. Somos tres hermanos. Una es periodista y se llama Marisa, trabaja en el Diario de Mallorca. Todos están contentos de que sigamos. Aún nos quedan unos años de pelear hasta la jubilación”, ha añadido.
El recuerdo de la infancia en la tienda permanece intacto. “Me traía mi padre de pequeño con una cajita de tornillos y tuercas. Me hacía separarlas en cajitas más pequeñas y cuando me iba las volvía a juntar para seguir al día siguiente. Ahí estaba yo todo el verano separando tornillos y tuercas”, ha rememorado Patxi con una sonrisa.
A pesar del desgaste, la voluntad de continuar es firme. “No tenemos ninguna intención de cerrar. Por lo menos hasta que nos jubilemos. Ahora se vende parecido a lo de antes, pero el margen es muchísimo menor. Hay mucha más competencia y mucho más trabajo. Antes estábamos aquí cuatro personas y media y ahora solo dos autónomos. Cuesta pelear mucho más para sacar el sueldo”, ha afirmado Mila.
Lo que nunca han perdido es la cercanía con los clientes. “Nos gusta el trato con la gente. Yo voy por las casas instalando y es una gran ayuda aunque sean cosas pequeñas como arreglar un enchufe. La gente no sabe a quién recurrir, como puede ser también el caso de un albañil, un fontanero o un escayolista”, ha explicado Patxi.
El futuro, de momento, no apunta a una tercera generación. “Yo tengo un hijo pero me viene a buscar para echar un aperitivo cuando cierro”, ha contado entre bromas. “Mila no tiene hijos”.
El sacrificio de tantas horas se compensa con el reconocimiento de quienes entran a la tienda. “El problema fundamental es el horario. Son muchas horas para tener condiciones laborales peores que si estás trabajando como empleado. Pero si te gusta pues sigues".
"Eso sí, tenemos una clientela de diez. No nos podemos quejar de nada. Le das a la gente algo bonito. Le das luz y alegría que la gente lo agradece. Lo importante es que nosotros damos servicio. Ves el producto, te aconsejamos, lo vendemos y rara vez hay reclamaciones”, han recalcado.
Las reseñas de los clientes lo confirman: “Muy buena atención tanto en la tienda como en casa instalando la lámpara; muy contentos con la compra”, ha escrito uno de ellos. Otro ha destacado la “variedad, buenos precios, artículos bonitos y una atención excelente, consejos y explicaciones y mucha simpatía. Excelente trato de Mila y Patxi, una gran variedad de servicios, totalmente recomendable”.
