Una localidad muy cercana a Pamplona ha estrenado un nuevo local que en pocos días se ha convertido en todo un fenómeno. Se trata de un establecimiento que ha arrasado desde su apertura con un concepto que combina comida casera de calidad, un ambiente moderno y acogedor y unas vistas espectaculares que lo han convertido en el sitio de moda.
Está muy cerca de otros establecimientos de comercio local que hemos conocido en este apartado, como es la ferretería José Antonio, o el Nash Delikatessen de una pareja de Ucrania.
Las reservas no han parado de llegar desde el primer día, y es que la propuesta ha conquistado a los clientes con una oferta variada que incluye desayunos, almuerzos, menús, raciones y pinchos recién hechos. A esto se suma su apuesta por la cerveza de tanque, que está causando furor entre los aficionados a la buena bebida.
Detrás de este éxito están Iván Alfonso Belaza, de 47 años, y su mujer Jui Jui Zhan, de 41, una pareja con una larga trayectoria en la hostelería. Él, natural de Logroño, lleva 20 años en Pamplona, donde ha trabajado como comercial en el sector. Pero la verdadera artífice del proyecto es Jui Jui, quien ha pasado más de 22 años detrás de la barra en Barañáin, la mayor parte de ellos en el conocido Bar Alegría.
“Siempre quise tener algo propio y grande, a mi gusto”, explica Jui Jui, que vive en Barañáin junto a su marido y sus dos hijos, Guillermo, de 11 años, y Javier, de 8. “Me encanta Pamplona, su comida, sus fiestas y San Fermín. Este restaurante es mi sueño y mi futuro. Me ha encantado cómo ha quedado, y la gente también está feliz. Desde la inauguración no hemos parado”, asegura.
Y razón no le falta. La apertura del bar restaurante Vista Bella no ha pasado desapercibida en la localidad. Para celebrar el inicio de su aventura, la familia ha querido contar con un dragón chino que ha danzado en la puerta para atraer la buena suerte. Además, la banda sonora del evento ha corrido a cargo de Chuchín Ibáñez, que ha puesto su toque especial con sus rancheras.
Ubicado en una zona nueva de Barañáin, el restaurante destaca por su entorno privilegiado, con un gran paseo y unas vistas envidiables. Su interior es amplio y luminoso, con cristaleras enormes y una decoración acogedora en la que llaman la atención las lámparas originales y las paredes en tonos oscuros.
Pero si algo ha terminado de consolidar el éxito del Vista Bella, es su cocina. A los fogones está Miguel Ozcoz Tellería, un chef con más de 30 años de experiencia en locales como Casa Manolo, Bidea 2, Panadero de Eugi, La Bella Época y La Mama.
“Aquí vamos a hacer cocina tradicional con toques modernos. La de toda la vida, con pucheros y platos de cuchara”, explica Ozcoz, que a sus 55 años ha decidido sumarse al proyecto con entusiasmo. “Conozco a Iván desde hace años en Pamplona y cuando me dijo que buscaba un cocinero, no me lo pensé. Me tiré a la piscina y aquí estoy. Aquí espero jubilarme, aunque me quedan muchos madrugones por delante”, comenta con una sonrisa.
El menú del Vista Bella ha sorprendido por su cuidada selección de platos. Entre semana cuesta 18,50 euros, mientras que los fines de semana asciende a 32,50 euros. Entre los primeros, destacan la ensalada con flor de tomate y burrata, las pochas a la navarra, el cardo con jamón y los tortellinis a la carbonara. En los segundos, no faltan opciones como lubina, dorada, manitas de cerdo, chilindrón, ternera y pimientos rellenos. Para el postre, la carta ofrece propuestas caseras como torrijas de pacharán, cuajada, flan y trufas de coco.
El ritmo en la cocina es intenso, y Ozcoz admite que el único reto que se han encontrado hasta ahora es la dificultad para encontrar personal cualificado.“No hay manera, pero con paciencia se les va enseñando y ya está. Ahora mismo estamos a tope con las alubias, pero este restaurante es un monstruo muy bonito y hay que echarlo a andar con ganas”, afirma el cocinero.
Con un equipo de diez personas y una clientela fiel que no deja de crecer, el Vista Bella ha llegado para quedarse en Barañáin.
