En pleno Casco Antiguo de Pamplona, entre callejuelas cargadas de historia, se alzan los Cuarticos de San Martín, un espacio pequeño en tamaño pero enorme en propósito. Este proyecto de protección y acompañamiento a mujeres en situación de vulnerabilidad vuelve a ser protagonista este 11 de noviembre, día de San Martín de Tours, patrón de la capilla de la calle Calderería y símbolo universal de la caridad.
Cada año, la Cofradía del Santísimo Sacramento celebra esta fecha con una doble mirada: hacia el cielo, desde la devoción religiosa, y hacia la tierra, desde el compromiso con los más necesitados. En este 2025, la entidad lanza un llamamiento solidario a la ciudadanía pamplonesa para sostener la labor de los Cuarticos de San Martín, un refugio que ofrece cobijo, alimento y esperanza a mujeres en riesgo de exclusión.
Los Cuarticos de San Martín nacieron con un espíritu profundamente cristiano y humano: ofrecer apoyo a mujeres marcadas por la pobreza, la soledad o la violencia. En este espacio vinculado a la cofradía, encuentran no solo techo y comida, sino también escucha, acompañamiento y una oportunidad para recuperar su dignidad.
“San Martín partió su capa en dos para abrigar a un pobre. Esa imagen sigue siendo el corazón de nuestra misión”, explica un portavoz de la Cofradía del Santísimo Sacramento. “Cada mujer que llega a los Cuarticos trae una historia de dolor, pero también de esperanza. Nosotros solo intentamos ofrecerle ese trozo de capa que le ayude a empezar de nuevo”.
El proyecto se mantiene gracias al compromiso de un grupo de voluntarios y a las donaciones que cubren gastos básicos como alimentos, suministros o calefacción. Por eso, con motivo de la festividad de San Martín de Tours, la cofradía ha querido renovar su llamamiento a la generosidad.
Durante la celebración litúrgica del 11 de noviembre, se habilitará una colecta especial destinada íntegramente a los Cuarticos. Las aportaciones podrán realizarse en efectivo o mediante donaciones directas gestionadas por la Cofradía, y se destinarán a atender a mujeres sin recursos y a mantener este espacio solidario.
“El 11 de noviembre no es solo una fecha en el calendario; es una oportunidad para renovar el compromiso de San Martín con los más necesitados. Cada euro donado es una parte de esa capa que entre todos seguimos compartiendo”, subrayan desde la organización.
La Cofradía del Santísimo Sacramento de San Martín cuenta con una larga trayectoria de servicio en Pamplona. Fundada hace siglos, ha mantenido su esencia combinando devoción y acción social. Hoy, su labor se articula en torno a dos pilares inseparables: el culto religioso y la ayuda solidaria, con proyectos como los Cuarticos de San Martín a la cabeza.
“La fe sin obras está vacía”, recuerda uno de los voluntarios veteranos. “Cada gesto solidario que se realiza en nombre de San Martín tiene un valor enorme: no solo alimenta cuerpos, también almas”.
Detrás de cada habitación de los Cuarticos hay una historia de resistencia y esperanza. Mujeres que han sufrido violencia de género, inmigrantes sin redes de apoyo, mayores solas o personas que han atravesado situaciones límite. Todas ellas encuentran aquí un punto de partida para reconstruir su vida.
“La exclusión no se supera solo con dinero, sino con cercanía y humanidad”, explica una de las voluntarias. “Pero sin recursos, todo ese esfuerzo se vuelve mucho más difícil”.
Por eso, la Cofradía invita a toda la comunidad pamplonesa, creyente o no, a sumarse a esta campaña de donaciones. En tiempos de desigualdad, los Cuarticos de San Martín representan un ejemplo de cómo la solidaridad local puede transformar vidas.
El espíritu de San Martín de Tours, aquel soldado que partió su capa para abrigar a un mendigo, sigue vivo más de mil seiscientos años después. En Pamplona, esa capa simbólica se multiplica cada día en forma de gestos concretos: una aportación económica, una palabra de ánimo o una mano tendida.
Este 11 de noviembre, la Cofradía del Santísimo Sacramento recuerda que la verdadera devoción se mide en el amor al prójimo. Y que, en los Cuarticos de San Martín, cada jornada sigue escribiéndose una historia de fe, compromiso y esperanza.