El portavoz de UPN, Javier Esparza, ha asegurado este lunes, 27 de octubre, que su formación “no quiere que se cierre ningún centro de urgencias en Navarra” y ha reclamado expresamente la reapertura del servicio en Olite, en respuesta a las críticas lanzadas por PSN y Geroa Bai, que acusan a los regionalistas de no presentar propuestas ante el plan de reorganización de urgencias rurales que elabora el Gobierno foral.
Esparza ha tildado de “irresponsable” que el Ejecutivo de María Chivite negocie este nuevo mapa sanitario “a espaldas de los profesionales, los ayuntamientos y los ciudadanos”, y ha criticado que lo haga “con EH Bildu y con criterios políticos”. El líder regionalista ha subrayado que su postura es clara: “Nuestra aportación es que no cierre ninguno”.
Desde el PSN, la portavoz Ainhoa Unzu ha censurado el “juego sucio” de UPN tras la filtración de un borrador interno sobre la reorganización de las urgencias rurales. Según ha explicado, ese documento “no es una propuesta definitiva”, sino “un texto de trabajo abierto a debate y mejora”. Unzu ha acusado a los regionalistas de “generar falsas alarmas y actuar con deslealtad y oportunismo”, aunque ha reconocido que la actualización de las urgencias rurales “es necesaria” y debe hacerse con “más rigor y diálogo”.
Por su parte, el parlamentario de Geroa Bai, Pablo Azcona, ha calificado de “irresponsable” la actitud de UPN, lamentando que “no ha hecho ni una sola propuesta” para mejorar la atención sanitaria en el medio rural. Azcona ha instado a todas las formaciones a colaborar en lugar de crear alarma, y ha recordado que la última propuesta de UPN en esta materia, de 2013, “no encontró consenso y suponía recortes inasumibles”.
En paralelo, el debate político se ha extendido a la destitución del gerente del Servicio Navarro de Salud (SNS). El parlamentario de EH Bildu, Mikel Zabaleta, ha mostrado su “preocupación” por un cese “sin explicaciones suficientes”, al considerar que un relevo de ese nivel “debería tener una justificación importante”. Ha advertido que el hecho de que “aún no se haya nombrado a un sustituto demuestra que la decisión fue precipitada”.
Desde Contigo Navarra, Irene Royo ha calificado la destitución de “fulminante” y ha criticado las formas en que se ha producido. Según ha dicho, el departamento de Salud “lleva años en entredicho”, y el mensaje del consejero “intentando transmitir optimismo no se corresponde con la realidad”. Royo ha alertado de que “la sanidad navarra atraviesa una situación dramática y las soluciones no llegan”.