Decepcionante. Los toros de Fuente Ymbro, siempre aplaudidos en los Sanfermines desde que debutaran en 2005, no han estado a la altura de una tarde con un gran cartel sobre la arena.
Los diestros Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Alberto López Simón ha lidiado como han podido a unos morlacos mansos y rajados, que hacían extraños y ponían en apuros cada faena.
La divisa de Cádiz, que ha sumado cuatro premios Carriquiris al toro más bravo y cuatro galardones a la mejor corrida, no ha estado a la altura de lo que se esperaba del hierro después de una participación de San Fermín de 2017 algo fallido.
El propio ganadero y propietario de Fuente Ymbro, Ricardo Gallardo, ha reconocido el fracaso de la manada que ha llegado este año a la Feria del Toro. "Esperaba mucho más de la tarde, quisiera que fueran mejores los toros", se ha sincerado.
Las manos en la cabeza, los ojos llorosos... Desde la barrera, y en clara señal de impotencia, Ricardo Gallardo ha vivido en el coso pamplonés una de sus tardes más amargas que seguro pronto querrá olvidar y, si el año que viene tiene ocasión, tratará de resarcir.
En declaraciones al canal Toros, de Movistar, el ganadero ha reconocido sentirse muy disgustado con el resultado que han dado dos de los toros. Por un lado el segundo, de nombre Pijotero y que le ha caído en suerte a Perera, del que ha asegurado que ha sido "muy manso, agarrado, muy cabrón". Por el otro lado, el tercero, con el que se ha visto sorprendido.
Escogeperra, como se llamaba este tercer astado, apenas ha seguido los muletazos de Alberto López Simón, algo que el ganadero ha achacado a un problema de vista que hasta ahora había pasado desapercibido.
"Ni en los corrales ni en el campo, no le habíamos visto el defecto, pero si llego a saber que el toro está así, ese toro no viene a Pamplona", se ha justificado.
Según Gallardo, el animal ha sufrido un problema de visión que no ha quedado a las claras hasta el tercio final, con la muleta de López Simón. "Debía tener una falta de visión en el ojo, porque todo lo hacia en corto, hasta el capote nadie se había dado cuenta...".
Ricardo Gallardo sí ha defendido ligeramente el lote de Sebastián Castella y, sin ánimo de justificarse, ha considerado que la arena no estaba en su apogeo y que los morlacos perdían los cuartos traseros.
"Yo esperaba mucho más", ha concluido el propietario de Fuente Ymbro, con ganas de poder volver a demostrar el poderío que no hace muchos años lució su divisa sobre el adoquinado de Pamplona y en su arena.