SOCIEDAD
Juan, el bombero navarro que ayuda en Valencia tras el paso de la DANA: "Esto es una barbaridad"
Desde el 2 de noviembre, una dotación de Bomberos de Navarra acude por turnos a los municipios afectados de Valencia.

Han pasado 16 días desde que una DANA se llevase por delante varias localidades de Valencia. En total, 84 municipios se han visto afectados. Catarroja, Paiporta, Chiva o Massanassa, son algunos de los que más daños han sufrido y se estima que las inundaciones han afectado a más de 800.000 personas.
Desde aquel 29 de octubre, una oleada de solidaridad ha invadido a Navarra que ha tratado de enviar toda la ayuda posible para intentar echar una mano en la limpieza y reconstrucción de los municipios. Desde voluntarios anónimos hasta cuerpos policiales, de emergencias o bomberos han viajado hasta Valencia para ayudar.
En Catarroja se encuentra ahora una dotación de Bomberos de Navarra de en torno unas 30 personas. Entre ellos se encuentra Juan Elizalde Pérez de Salazar, un bombero navarro de 29 años que llegó a Valencia el viernes 8 de noviembre. En concreto, desde Navarra llevaron cuatro auto bombas, siete todoterrenos, carros de achique y herramientas. Además de un puesto de mando avanzado, un equipo médico con un médico, una enfermera y un técnico sanitario, que se van turnando entre ellos.
Bomberos de Navarra fue a Valencia por primera vez el 2 de noviembre y desde entonces se organizan en grupos de trabajo que están unos cuatro días. El de Juan es el cuarto turno de Bomberos que va a Valencia. "Nos alojamos en el polideportivo de un colegio de Catarroja. La comida nos traen empresas externas y un bar nos abastece también. Estamos comiendo muy bien", detalla Juan Elizalde.
Entre sus tareas se encuentra achicar agua, colaborar en vaciar garajes y pasos a nivel. "También ayudamos con los desciegues. Vienen empresas de Navarra, Cataluña o Madrid y nosotros les abastecemos de agua metiendo con la manguera de alta presión. Es importante vaciar el alcantarillado para limpiar el barro".
El trabajo en Valencia es muy físico y aunque hayan ido miles de personas a ayudar, no sobran manos en ningún momento. "Los primeros días fueron los más cansados. Mientras los de desciegues hacen aspiración, ayudamos a arrastrar barro".
Mucha gente ha perdido sus casas, sus coches, sus pertenencias e incluso familiares. Aun así, los vecinos de los municipios no dudan en dar las gracias constantemente a quienes les ayudan día a día. "La gente aquí es maravillosa, te ven llegar y te dan las gracias o te preguntan si necesitamos algo. Ofrecen de todo", resalta Juan Elizalde.
No solo hacen las tareas que les asignan sino también, que en ratos libres ayudan con otras tareas. "Intentamos ayudarles si lo necesitan con todo. Por ejemplo, llevamos a una familia a una granja que estaba a 10 minutos en coche para dar de comer a los animales".
Catarroja es uno de los municipios que más limpias tiene sus calles, pero hay otros, como en Paiporta que todavía falta mucho trabajo por delante. "El problema es el después, una vez se terminen de limpiar las calles hay gente que tiene que reiniciar su vida. Se han perdido coches, negocios, fábricas... es una barbaridad", concluye Juan.