La Clínica Universidad de Navarra ha alcanzado este año la cifra de un millón de pacientes atendidos entre sus sedes de Pamplona y Madrid, un hito logrado gracias al trabajo de los últimos 65 años. En 1958, fecha de la que data la primera historia médica recogida en los archivos de este hospital y cuatro años antes de la apertura del edificio actual de la Clínica, los facultativos ya pasaban consulta en la Facultad de Medicina.
El manejo de las historias clínicas, al igual que la medicina, ha evolucionado a lo largo del tiempo. Sin embargo, una constante en el modo de trabajar de la Clínica ha sido que cada historia pertenece a un único paciente, sin duplicidades y sin importar por cuántos especialistas haya pasado durante el proceso de su enfermedad o enfermedades. “Cada paciente es único y, por eso, tiene una única historia clínica”, señala el Dr. Ignacio Lucas, médico jubilado de la Clínica y especialista en Medicina Interna.
Hoy, el uso de las historias clínicas está estandarizado por ley para todo el Sistema Nacional de Salud y debe facilitar que sea una herramienta que favorezca el flujo de comunicación entre profesionales, pacientes y centros –tanto públicos como privados– por el bien del propio paciente.
El Dr. Manuel Landecho, especialista de la Unidad de Chequeos, explica que “la historia clínica debe recoger la información de salud relevante y ser impecable desde el punto de vista médico, pero amigable para el paciente, que tiene que entender lo que se refleja en ese documento”.
“Las tres preguntas hipocráticas, esenciales en toda historia clínica, son: ¿qué le pasa?, ¿desde cuándo le pasa? y ¿a qué lo atribuye? Esas preguntas son las que dan inicio a la historia clínica y eso es invariable, entonces y ahora”, explica el Dr. Lucas.
A finales de los años 80 la Clínica comenzó a utilizar los primeros ordenadores para registrar la información del paciente: sus datos de filiación, sus citas, etc. Fue el comienzo de la informatización de las historias clínicas que, desde 1958 y hasta ese momento, se gestionaban manualmente.
A mediados de los 90 nació el Sistema de Historias Informáticas (SHIC), proyecto desarrollado con la Tecnun - Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra, para suplir las carencias detectadas al realizar los informes que se entregaban a los pacientes. Poco a poco se fueron incluyendo más aplicaciones e integrando diferentes áreas de la Clínica para mejorar los procesos y la seguridad del paciente.
En el 2000 se puso en marcha el programa CUN. Esta aplicación integra prácticamente todos los procesos de la Clínica, que señala como próximos retos las mejoras en los servicios digitales al paciente y la ayuda en la gobernanza y los procesos clínicos a través de su Unidad Central de Datos.
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