En Navarra uno puede conocer infinidad de historias, leyendas y curiosidades acerca de un solo pueblo. Las tradiciones de cada localidad son muchas veces tan antiguas como sus orígenes, lo que los hace muy valiosos a nivel cultural. Es por eso que uno debe aprovechar las vacaciones para visitarlos y, ya que está ahí, probar la gastronomía rural.
Un ejemplo de una localidad con una historia muy antigua es Lodosa. En este municipio habitan casi 5.000 personas y se encuentra a 72 km al suroeste de la capital navarra. La carretera que lleva hasta allí es la NA-666 y luego la NA-129.
La historia de Lodosa está estrechamente ligada al lugar estratégico que ocupa: una rica vega junto al río Ebro que además ha sido frontera natural entre Navarra y La Rioja, y escenario de batallas. Sus orígenes ser remontan a la Edad de Hierro gracias a unos yacimientos arqueológicos encontrados al oeste de Lodosa.
Ya en el siglo II se construyó un acueducto romano a 2 km de la localidad y llevaba el agua de la sierra de Codés hasta la antigua Calahorra. En la zona es conocido como el 'Puente de los Moros', y se conservan 13 de sus 108 arcos que salvaban el paso del río Ebro.
Durante la Edad Media, la zona de Lodosa estuvo en constante asedio entre musulmanes, visigodos, castellanos y navarros. Fue durante esta época que se construyó el castillo de Lodosa, conocido como la Torre de Rada.
A partir de 1512, y conquistado el Reino de Navarra por Castilla, los capitanes del Duque de Alba se hacen cargo de la ocupación Lodosa. En 1750 la villa de Lodosa hizo construir con sus propio dinero un puente de piedra con el fin de unir las dos márgenes lodosanas del río Ebro, haciendo famoso el dicho 'Desde Reinosa a Tolosa, puente fuerte, el de Lodosa'.
Algunos de los atractivos turísticos que tiene Lodosa son la anteriormente mencionada Torre de Rada. Esta se encuentra en la margen opuesta del río Ebro y su construcción se remonta al año 1300. 78 años después de su construcción, los castellanos lo sitiaron pero fueron incapaces de tomarlo por completo.
La iglesia de San Miguel es la más importante de este municipio. Esta iglesia gótico-renacentista fue construida en el siglo XVI, aunque hay varias etapas constructivas y que se prolongaron hasta principios del siglo XVIII. La parroquia alberga un rico conjunto de retablos de los siglos XVII y XVIII, entre ellos el monumental retablo al arcángel San Miguel.
También destacan las curiosas cuevas artificiales creadas en el siglo XIX. En estas cuevas llegaron a habitar cerca de un centenar y medio de familias hasta la década de los años sesenta del siglo pasado. Las cuevas conservan todo el año una temperatura alrededor de 18ºC, y son sorprendentemente secas e higiénicas ya que se encalaban con frecuencia.
Para terminar la visita a Lodosa como es debido, hace falta acercarse a comer algo a un buen restaurante. El de mayor referencia en esta localidad es el hostal restaurante Marzo, ubicado en el centro.
Este hostal y restaurante tuvo sus inicios en 1935 de la mano del matrimonio Amada Remírez y José Marzo, quienes abrieron una taberna en Lodosa. Después de pasar por varios locales de alquiler, en 1942 compraron una casa, y se establecieron definitivamente en esa dirección: calle Ancha 24.
El restaurante Marzo ha pasado de generación en generación hasta la actualidad y siguen mejorando sus servicios para llevar adelante el sueño por el que lucharon sus antepasados.
Sirven un menú del día por 15 euros y una amplia carta con diferentes platos. Disponen también de un servicio de catering para eventos más grandes y al ser un hostal, uno se puede hospedar en una habitación por 36 euros la noche. Añadir que media pensión son 55,50 euros y la pensión completa son 66,50 euros.
De sus platos sobresalen los espárragos, la menestra de verdura y los postres especiales caseros. El restaurante está abierto de lunes a viernes de 13 horas hasta las 22 horas, el sábado cierran media hora más tarde y el domingo cierran a las 15.30 horas.
