En plena ola de calor de verano en Navarra, nos tenemos que acercar y destacar la heladería de Pamplona que abre solo durante los meses de verano.
Se trata de la heladería - turronería Primitivo Rovira que abrió de nuevo su local en la calle Tafalla 14. Ya disponían de una primera tienda en la Plaza del Castillo, y tras su éxito se decidieron a montar la segunda desde el invierno de 2018.
Primitivo Rovira San Juan tiene 38 años y es de Pamplona, pero "mitad y mitad ya que mi madre es de Pamplona y mi padre es de Jijona". "Llevamos ya cinco años en la calle Tafalla y la abrimos al inicio de la temporada. La otra turronería la tenemos en la Plaza del Castillo desde 2002.
Tienen fábrica propia en Jijona y dan a conocer los turrones de la zona "Somos la fábrica más antigua del pueblo, fundada en 1850 y lo hacemos todo de forma artesanal con la mejor materia prima de la zona".
Primitivo señala que los clientes ya les conocen: "Mi madre es de aquí y lleva la farmacia San Juan. Montamos la primera turronería, que abrimos en marzo, y la segunda hace cinco años para dar a conocer el turrón y luego vino el helado, sobre todo el de turrón, para mantener el negocio y seguir todo el año".
Trabaja en la tienda de la calle Tafalla con su hermana Beatriz: "Tenemos también el obrador donde hacemos los helados para las dos heladerías. Realmente somos turroneros, que es lo que hemos mamado toda la vida, pero el helado llevamos casi quince años y muy contentos. La gente del barrio ya nos conoce".
Lo más especial de la tienda es el helado de turrón "y también creps muy ricas dulces y saladas, gofres, batidos". El horario en la calle Tafalla es desde las 12 del mediodía "hasta el cierre sobre las 21 horas", concluye Primitivo.
Beatriz Rovira San Juan es una pamplonesa de 36 años: "Ser la sexta generación de la familia turronera es un orgullo y mucha responsabilidad. Estamos ilusionados y con ganas. A ver si llega el buen tiempo para quedarse. Con ganas de endulzar y de alegrar".
Ofrecen "desde los helados más típicos como el de turrón, avellana, diferentes chocolates y muchos para personas que no pueden tomar leche, sin gluten y con cuidado para las personas alérgicas y celíacas para las que es un placer tomarse un helado".
Lo mejor de todo es que se trata de un trabajo alegre donde venden felicidad: "La gente aquí viene contenta, de buen humor, con alegría, con ganas de comerse un helado. Los precios son los mismos del año pasado. Solo falta que llegue el buen tiempo, que se estabilice, y a vender helados".
Además, ha añadido que "aunque haga frío, cada vez se vende más helado, si bien también es cierto que la venta de turrón no para en verano ya que los extranjeros que vienen a Pamplona quieren probarlo", concluye Beatriz.
Beatriz Rovira y su hermano Primitivo son la sexta generaciónde la familia, que ya comenzó a fabricar turrón en Jijona en 1850, y ahora siguen endulzando el paladar de los navarros con helados y turrones, pero también con sus artesanales horchatas, granizados y gofres.
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