SOCIEDAD
La profesora de hípica en Navarra que se despide tras 20 años: "Los alumnos más antiguos me están invitando a sus bodas"
Deja esta etapa atrás para iniciar un nuevo proyecto que también estará muy vinculado a los animales.

En la Escuela de Hípica de Zolina el verano transcurre, como de constumbre, entre campamentos y clases intensivas. "En la siguiente vuelta puedes venir al salto al galope", le indica Marina Zapata a uno de sus alumnos. Es una de sus últimas clases en el centro: "El 1 de septiebre ceso la actividad", comenta con un nudo en la garganta por la emoción. En este enlace puedes ver un galería con un recorrido en imágenes de las dos décadas de la Escuela de Hípica de Zolina.
Zapata tomó las riendas de la hípica en 2003, hace más de dos décadas. Siempre ha sentido una conexión especial con los animales. "Me encantan", confirma. Ya por entonces había trabajado en otro conocido centro equestre de Navarra, el de Añezcar.
Allí había constatado que le gustaba trabajar con los niños. Disfrutaba en las clases, viendo cómo sus alumnos iban avanzando. "Para mí lo más importante no es la competición, sino su desarrollo personal", comenta la profesora de equitación.
Así las cosas, cuando la hípica de Zolina quedó libre, asumió su gestión. "En aquel momento, me hacía mucha ilusión tener mi propio negocio", recuerda. En estos más veinte años ha pasado por varias fases: "Al principió, gestionaba todo el centro. Después, lo cogieron otros arrendatarios, pero yo seguí llevando la parte de la escuela. Y, en los últimos años, he vuelto a gestionar toda la hípica", puntualiza.
Una gestión que toca a su fin. "La ha cogido un nuevo arrendatario y yo ya no daré clases", anuncia. Lo hace con pesar, porque en estos 22 años ha forjado un vínculo muy fuerte con sus alumnos. "Todavía me parece increíble que los más antiguos me estén ahora invitando a sus bodas y trayéndome a sus hijos", dice emocionada.
Aunque en un primer momento este cambio de etapa no estaba entre sus planes, lo cierto es que lo abraza con ilusión. Y se siente muy orgullosa de su recorrido al frente de la Escuela de Hípica de Zolina.
Ha podido ver con sus propios ojos como este deporte ha ido ganando adeptos en Navarra. Y, sin lugar a dudas, ella ha aportado mucho a ese crecimiento. Tanto es así que, en el año 2017, recibió, por parte del Ejecutivo foral, la Medalla de Plata al Mérito Deportivo por su implicación en el desarrollo de la hípica en Navarra.
Estos días, se despide de sus alumnos con nostalgia y mucho agradecimiento. "Han recibido la noticia con sorpresa y tristeza", reconoce ella. Y asegura que no son pocos los que se están acercando al centro para despedirse de los caballos que han montado estos años en Zolina.
Muchos antiguos alumnos también se han puesto en contacto con Zapata estos días para trasladarle su cariño y algunos recuerdos que guardan de las clases, campamentos, excursiones y yincanas.
Entre clases y despedidas, Zapata todavía busca tiempo para asegurar un buen futuro a los caballos a los que ha cuidado con tanto mimo todo este tiempo. "Mi intención es que se vendan todos", avanza. En ese sentido, explica que está dando prioridad en la compra a los alumnos de la hípica. "Pero, después, puede comprar cualquier persona".
Además, los caballos más mayores, esos que están ya en edad de jubilación, se van a donar a diferentes casas con terreno. "Un alumno se lleva a Capitán", comenta en relación a uno de esos veteranos.
En ese sentido, explica que en la hípica conviven, a día de hoy, caballos de todas las edades. "Tenemos caballos que llevan muchos años con nosotros y vienen muy bien para aprender a la gente que empieza. Además, he mantenido la política de incorporar todos los años un caballo más joven, de cara a los alumnos que compiten", especifica.
Y, si alguno de ellos no encuentra nuevo dueño antes de septiembre, seguirá participando en las clases de otra escuela de hípica en Navarra. "Los caballos que no se vendan irán a Añezcar", indica.
Dicen que, cuando una puerta se cierra, otra se abre. Y eso, precisamente, le ha pasado a Zapata. Hace unos años, cuando dejar la Escuela de Hípica de Zolina era una idea que ni se le pasaba por la cabeza, proyectó junto a su pareja, el veterinario especialista en medicina y cirugía felina Ignacio Landa, la posibilidad de criar gatos Maine Coon. Se trata de una raza conocida por su gran tamaño y su extraordinaria belleza.
"En diciembre del año pasado conseguimos tener todos los papeles en regla", comenta muy ilusionada. Hace unos meses llegaron los primeros ejemplares. Y, muy pronto, comenzarán este nuevo proyecto con el afijo Landacats Maine Coon España. Eso sí, las primeras camadas tardarán un poco en llegar: "Son todavía muy jóvenes para criar. Habrá que esperar, al menos, un año", vaticina.
Aunque Zapata mira con optimismo hacia el futuro, la nostalgia le invade al dejar atrás la hípica. "Ha sido algo muy inesperado y todavía estoy pasando como por una especie de duelo. Me da mucha pena dejar atrás la Escuela de Hípica de Zolina", asegura.
Aún así, tiene muy claro que va a cesar la actividad completamente y descansará de dar clases de hípica. Al menos, por un tiempo. Un receso que le va a venir muy bien después de tantos años con fines de semana de competiciones y veranos de campamentos, con jornadas muy intensas en las que el trabajo ha sido muy intenso.
Eso sí, no tiene claro que sea un adiós para siempre. Su pasión por los caballos sigue ahí, latente. Y el cariño de sus alumnos también. "¿Quién sabe? Puede que más adelante me anime a dar clases o vincularme a otros proyectos relacionados con la equitación", reflexiona. Pero eso, el tiempo lo dirá.