• viernes, 11 de abril de 2025
  • Actualizado 16:41
 
 

SOCIEDAD

Cinco mujeres que se han colado en la historia de Pamplona por los recuerdos que han dejado

Son mujeres que fueron muy conocidas en sus tiempos y cuyos logros tuvieron un impacto en la sociedad pamplonesa del momento. 

ESTATUA DE LOS FUEROS
La pamplonesa Rosa Oteiza Armona dio rostro al Monumento de los Fueros de Pamplona. ARCHIVO

La historia de Pamplona, como la de muchos otros territorios, esconde el nombre y los méritos de cientos de mujeres que aportaron de una manera u otra al devenir de la ciudad. Algunas de esas historias quedaron recogidas en el libro 'Mujeres que la historia no nombró', editado por el Ayuntamiento de Pamplona en 2005. 

Aunque en sus tiempos fueron muy conocidas por la sociedad del momento, después sus vidas quedaron en el anonimato. No obstante, los esfuerzos por mantener sus aportaciones vivas, han permitido que sus historias lleguen hasta la actualidad. 

Estas son cinco de esas mujeres que contribuyeron con sus oficios, sus vocaciones o su carisma a la historia de la ciudad: 

  1. REMIGIA ECHARREN ARANGUREN
  2. ROSA OTEIZA ARMONA
  3. MARÍA DE LUCEA
  4. DOÑA BEATRIZ DE BEAUMONT Y NAVARRA 
  5. SOR CECILIA TABOADA LABORRA

REMIGIA ECHARREN ARANGUREN

Esta funambulista nació en Pamplona el 11 de abril de 1853 y falleció en la misma ciudad el 9 de enero de 1921. Remigia Echarren Aranguren fue uno de los rostros más conocidos de la sociedad de su época. Tanto, que su fama ha pasado de generación en generación, gracias al testimonio oral, hasta nuestros días. 

Fue la tercera de los cuatro hijos del matrimonio conformado por Venancio Echarren Jiménez, pamplonés, y Manuela Aranguren Elizalde, de Esquíroz, vecina de la ciudad desde los diez años. No se sabe en qué calle exacta de la ciudad vio la luz Remigia, pero sí que pertenecía a La Navarrería

No han llegado hasta la actualidad detalles de cómo aprendió a caminar sobre la maroma. Sí está documentado que en 1883 cruzó el río Arga "por las cadenas". Un hito con el que se ganó el apodo de reina del Arga. Por aquel entonces, ya era una figura festiva y popular. Y utilizaba el nombre de artístico de Mademoiselle Agustini.

En otras ocasiones cruzó la Plaza de Toros de Pamplona o la Plaza del Castillo. También ha quedado constatado que hizo gala de sus dotes de funambulista en otros pueblos de la Ribera de Navarra y Aragón. Pero el 5 de octubre de 1892 la carrera de Echarren sufrió un revés cuando cayó desde 15 metros de altura mientras hacía ejercicios en una silla. Por aquel entonces ya había cumplido los 49 años. 

Se retiró a vivir con su hermana Hermenegilda en la calle Jarauta. Murió de miocarditis crónica, en el piso segundo de la casa número 3 de la Cuesta del Palacio.

ROSA OTEIZA ARMONA

Es una mujeres de Pamplona que mejor guarda el paso del tiempo. Puede que no lo sepa, pero ha pasado por debajo de su mirada en más de unas ocasión. De hecho, si las contara, seguramente serían miles. Hablamos del rostro femenino que corona el Monumento de los Fueros. En esta célebre estatua ha quedado inmortalizada la juventud de Rosa Oteiza Armona. 

Nació en el número 22 de la calle San Antón el 13 de agosto de 1883. En la misma ciudad, Pamplona, moriría el 17 de octubre de 1970. Fue la segunda de los seis hijos del matrimonio formado por Miguel Oteiza Alonso y Francisca Armona Oíite. Rosa ejerció siempre de hermana mayor en la familia, ya que cuando nació el hermano que la precedió ya había fallecido. 

Desde su más tierna juventud destacó por su belleza. Tanto que, a los 19 años, prestó su imagen para la estatua que finalmente coronó el Monumento de los Fueros. Lo hizo gracias a una recomendación, que permitió que su rostro haya llegado hasta nuestros días en forma de estatua. 

MARÍA DE LUCEA

Viajamos unos siglos hacia atrás y visualizamos la Pamplona de la Edad Media. Una ciudad en la que el comercio jugaba un papel fundamental y, dentro de él, las mujeres eran una pieza clave del engranaje. Ejercían el oficio junto a su marido y, si enviudaban, seguían con él. 

De entre todas estas pamplonesas, destaca el nombre de María de Lucea, ya que las costureras y bordadoras adquirieron mucha importancia en el medio cortesano, donde la vestimenta tuvo una gran relevancia. Así las cosas, esta artesana fue la que adquirió más notoriedad durante el reinado de Carlos III. Aparece nombrada en diferentes documentos que datan del periodo de tiempo entre 1390 y 1423. 

Era la mujer de un Zapatero de Pamplona, García Lucea. Este llegó a viajar a París junto al monarca. Se cree que María era natural de Orbaiceta. Según se ha podido constatar, realizó muchos trabajos para la familia real y estaba muy bien pagada. Los monarcas le tenían en gran estima. En un documento de 1403, los reyes le conceden 50 florines de oro, una cantidad muy importante de dinero, “por los servicios que le ha prestado cosiendo Anzuelos, camisas, jupas y otras cosas de su oficio y por otras causas que le mueven a hacer esta donación”.

DOÑA BEATRIZ DE BEAUMONT Y NAVARRA 

Nació en Pamplona en 1526 y falleció en la misma ciudad el 7 de mayo de 1603. Ha pasado a los anales de la historia por ser la fundadora y primera priora del monasterio de las Descalzas Reales de Pamplona. Doña Beatriz de Beumont y Navarra pertenecía, por línea paterna, a una de las ramas del linaje de los Beaumont.

Y se casó en Soria, a los 16 años, con Juan de Vinuesa, un conocido regidor de esa ciudad. No obstante, falleció pronto y sin descendencia, dejando a Beatriz una fastuosa fortuna que sumó a la de su padre. 

A la muerte de su marido, se trasladó nuevamente a Pamplona. Fundó el monasterio de las Descalzas Reales de Pamplona y fue nombrada priora, cargo que obstentó hasta su muerte. Además, consiguió una Reliquia de San Fermín por medio de un primo suyo. Primero estuvo depositada en el monasterio de las religiosas agustinas de San Pedro. Después, se trasladó en procesión hasta la parroquia de San Lorenzo en 1582.

SOR CECILIA TABOADA LABORRA

La antigua casa del Prior del Cabildo de Pamplona, a la derecha de la Catedral, ha sido testigo de numerosas etapas en la historia de la ciuadad. Y ha tenido numerosos usos. Entre ello, albergar una escuela de párvulos entre 1887 y 1970, dirigida por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. 

En el aula de los más pequeños, entre 1947 y 1969, encontramos a nuestra siguiente protagonista: Sor Cecilia Taboada Laborra. Los documentos de la época la describen como una monjita pequeña y con gran vocación. Nació en Sangüesa, el 22 de noviembre de 1902. Fue la primera en ver la luz en el parto gemelar del que nació también su hermana Javiera. No obstanté nació inmóvil y la dieron por muerta. La dejaron en el suelo sin abrigo mientras ayudaban a la madre a alumbrar a su hermana. Cuando nació la segunda, alguien se percató de que Cecilia respiraba. Este episodio le dejó una cojera de por vida. 

Su padre, Manuel Taboada Ruiz, era labrador. Y la madre, Juana Laborra Goyeneche, tenía un puesto en el mercado. Tuvieron 10 hijos, de los cuáles cuatro formaron familia y seis dedicaron su vida al servicio de la Iglesia. Entre estos últimos se encuentra Sor Cecilia Taboada Laborra, Hija de la Caridad

En los años en los que se empleó en la mencionada escuela de Pamplona, el Casco Antiguo estaba abarrotado de familias trabajadoras y humildes que tenían que colocar a los niños en alguna escuela. Cuentan que la clase de Sor Cecilia despertaba ilusión en los más pequeños. Ella les esperaba a la entrada con un tarro lleno de caramelos que iba repartiendo. 

Su aula estaba situada al fondo del pario de recreo y ella misma ingenió una especie de grada para que todos los pequeños tuvieran visibilidad y en la que, dádose la vuelta, podían echar una cabezada. Utilizaba, además, ingeniosas técnicas para atraer la atención en las clases, como colocarse un caramelo en la frente, canciones o carteles. Finalmente, una Sor Cecilia anciana fue trasladada a Zaragoza para su jubilación. Allí murió en mayo de 1989. 

¿Tienes una tienda, un bar, un restaurante o un local comercial en Pamplona o alguna localidad de Navarra?

¿Quieres salir en nuestra sección de Comercio Local y que miles de personas conozcan todo lo que ofreces con una noticia y fotografías hechas por profesionales?

Escríbenos a esta dirección y hablaremos contigo para contactar cuando antes: contacto@navarra.com


Apóyanos para seguir realizando periodismo independiente.


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
Cinco mujeres que se han colado en la historia de Pamplona por los recuerdos que han dejado