Navarra no tiene mar, pero iba a tener una playa con bandera azul. "Iba", en pasado, porque el Ayuntamiento de Guesalaz ha decidido finalmente no solicitarla al organismo que concede estas distinciones.
Al menos, no este año, aseguran, después de las quejas que han recibido de los vecinos de Lerate y de otros pueblos del entorno del embalse de Alloz, que consideran que, con los condicionantes que ahora mismo se dan, no tendrían prácticamente ningún beneficio, pero sí muchos costes a los que hacer frente.
Y no sólo se refieren a costes económicos, como el de obligado cumplimiento de contratar socorristas o el servicio de limpieza y mantenimiento, sino también el coste en tranquilidad que puede suponer para los vecinos de la zona el efecto llamada de una bandera azul; es decir, masificación y todo lo que conlleva la concentración de mucha gente en un espacio natural.
El tema ha sido abordado estos días en el Ayuntamiento de Guesalaz y se llegó al acuerdo de posponer la solicitud de la acreditada bandera de calidad al menos un año, para que el consistorio tenga el tiempo suficiente para acometer algunas cuestiones que se antojan tan necesarias como obligatorias, alguna de ellas desde el punto de vista legal, como es una ordenanza municipal para perros ya que la normativa de las banderas azules la exige y el entorno del pantano no la tiene.
También aseguran que necesitan trabajar con más calma todo lo relacionado con seguridad urbana y gestión de las visitas, llegando a una gestión sostenible del entorno. Para los vecinos de Lerate, que sería la localidad más afectada, como para los del resto de los pueblos afectados, lo más importante sería llegar a un punto de equilibrio entre los beneficios de contar con la bandera azul, y los inconvenientes y, en la actualidad, le ven más problemas que ventajas.
Este miércoles se celebró un pleno municipal en el ayuntamiento de Guesalaz en el que se explicaron los motivos de la decisión de posponer al menos un año la legítima pretensión de solicitar la bandera azul, y dar tiempo también al Gobierno de Navarra a mojarse en la proyección turística de esta zona. Así apuntaron que el Gobierno de Chivite aún no ha hecho el Plan Sectorial de Incidencia Supramunicipal preceptivo para poder actuar en la zona porque la intervención afectaría a varios ayuntamientos.
Asimismo, además de regular el uso de mascotas con una ordenanza, se antoja necesario normar acercar del consumo de tabaco, accesibilidad y pasarelas, así como su construcción, con un gasto que, consideran, debería acometer el Gobierno de Navarra.
El pleno finalizó con el compromiso de los ediles de crear un comité de gestión medioambiental para abordar estos retos de manera integral.
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