SOCIEDAD
El regalo que ha devuelto la sonrisa a un niño con cáncer en Navarra: "Quiero ser médico"
La asociación Pídeme la Luna ha cumplido su primer sueño en Navarra con Boris, un joven paciente oncológico que sueña con ser hematólogo.

La asociación Pídeme la Luna ha cumplido esta semana su primer sueño en Navarra, concretamente en la Clínica Universidad de Navarra, donde ha sorprendido a Boris, un joven paciente oncológico, con un regalo muy especial: un ordenador portátil que necesitaba para seguir sus estudios.
El encuentro tuvo lugar este 9 de mayo en el hall del hospital pamplonés, frente a uno de los pasillos que Boris ha recorrido muchas veces durante los últimos meses. Allí le esperaban su padre, parte del equipo médico que le ha acompañado en su tratamiento y varias voluntarias de la asociación. El ambiente, cargado de emoción, se transformó en aplausos cuando Boris, entre nervios y alegría, desenvolvió el regalo. Bajo su mascarilla se adivinaba una gran sonrisa.
Con una mezcla de sorpresa y gratitud, Boris improvisó un breve discurso de agradecimiento que conmovió a todos los presentes. "Ha sido un momento mágico", aseguraron desde la organización. El ordenador es solo un primer paso: su verdadero sueño es estudiar Medicina y convertirse en hematólogo para ayudar, algún día, a otros niños como él a superar la enfermedad. "Quiero ser médico", repite Boris, cuando se le pregunta qué quiere ser de mayor.
Pídeme la Luna ha querido dejar huella en Navarra iniciando así su labor solidaria en uno de los hospitales de referencia del país. Esta ONG sin ánimo de lucro nació en 2012 en el Hospital Infantil de Jaén, impulsada por Marisol Escribano Olmo, enfermera de la Unidad de Onco-Hematología. Desde entonces, se ha extendido a centros sanitarios de Granada, Valencia, Pamplona y otras ciudades, con un objetivo claro: cumplir los sueños de los niños hospitalizados, por difíciles que parezcan.
La asociación está formada por personal sanitario, familias y una red de voluntarios que creen en la fuerza de la ilusión como parte del tratamiento. Con su lema, “Pídeme la luna y te la intentaré alcanzar”, organizan actividades tanto dentro como fuera del hospital para aliviar la estancia de los menores y devolverles la alegría.
“Queremos que nuestros niños sean los protagonistas de sus propios sueños, que sonrían y que se olviden, aunque sea por unos instantes, de que están malitos”, explican desde la entidad. Porque a veces, los tratamientos no están solo en los sueros, sino también en los gestos que iluminan los días más difíciles.
Ese 9 de mayo, además, coincidió con el llamado "gran apagón". Pero Boris no necesitó luz eléctrica para brillar. Boris tiene luz propia. Y desde ahora, también tiene una herramienta para seguir caminando hacia su gran sueño.