Hoy en día, el café se ha convertido en el compañero inseparable de muchas personas. Bien sea para entrar en calor o para recobrar un poco de energía, esta bebida es un alimento esencial para nuestro día a día.
Cada vez aparecen más cafeterías, unas más especializadas en café que otras, y ya no hay ni un solo bar o restaurante que no sirva café. Pero aunque estemos rodeados de esta bebida, tomarla en grandes cantidades puede ser muy perjudicial para la salud.
El café, conocido por sus efectos estimulantes y por su contenido de cafeína. La cafeína activa el sistema nervioso, promoviendo la alerta y la energía en quienes lo consumen. La Clínica Universidad de Navarra destaca que, aunque es beneficioso para reducir la somnolencia, su consumo en exceso puede provocar nerviosismo e irritabilidad.
Además, a largo plazo, el organismo puede desarrollar tolerancia a sus efectos, llevando a algunos a experimentar síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza y ansiedad, si dejan de consumirlo abruptamente.
La Clínica Universidad de Navarra sugiere consumir café de forma moderada, especialmente en personas con sensibilidad digestiva o problemas cardiovasculares, ya que la cafeína puede aumentar las secreciones gástricas y elevar el ritmo cardíaco.
Aunque el café es preferido por su origen natural, la clínica aconseja complementar su efecto estimulante con métodos como una buena rutina de sueño y una dieta balanceada, ya que la somnolencia a menudo es un indicador de déficit energético en el organismo.
En cuanto a los efectos en el sistema cardiovascular, la Clínica Universidad de Navarra señala que la cafeína puede influir en la tensión arterial, aumentando el pulso y favoreciendo la vasoconstricción. Por ello, las personas con hipertensión deben tener especial precaución al consumirlo, pues su efecto sobre la presión arterial puede ser perjudicial si no se controla la dosis diaria.
Para aquellas personas que consumen café con frecuencia, es importante tener en cuenta el fenómeno de taquifilaxia, por el cual el cuerpo se adapta y reduce su respuesta al estímulo de la cafeína, desarrollando una especie de dependencia.
Cuando se interrumpe el consumo, los efectos de abstinencia pueden incluir insomnio, irritabilidad y malestar general, un cuadro que suele revertirse al retomar el consumo o manejar la reducción gradualmente.
En general, la Clínica Universidad de Navarra sugiere moderación y observar cómo reacciona el cuerpo ante esta sustancia. Además, recalca que aunque el café ayuda a combatir la fatiga, el descanso adecuado y una buena alimentación son métodos básicos para mantener un nivel de energía constante.
Por todo ello, aunque el café puede aportar beneficios, su consumo debe estar en equilibrio, en especial en personas con ciertas condiciones médicas. La Clínica Universidad de Navarra insiste en que la mejor forma de aprovechar sus beneficios sin comprometer la salud es ajustar el consumo según las necesidades individuales y evitar la dependencia que puede generar una ingesta excesiva.
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