Una operación conjunta entre la Policía Foral y los Mossos d’Esquadra ha permitido desmantelar una organización criminal que se dedicaba a asaltar camiones de transporte de droga. En el operativo, que se ha desarrollado entre Navarra y Cataluña, han sido detenidas cinco personas de entre 23 y 53 años, cuatro de ellas actualmente en prisión provisional, con un total de 44 antecedentes penales.
El anuncio se ha realizado este miércoles en Pamplona, durante una rueda de prensa conjunta entre mandos de ambos cuerpos policiales. Por parte de la Policía Foral han participado el comisario principal Miguel Ruiz y el agente primero Pablo de la Fuente; y por parte de los Mossos, el intendente Carlos Otamendi y el sargento Miguel Morenete.
La investigación se inició tras dos asaltos violentos a camioneros en Arazuri (Cendea de Olza) y Celrà (Girona). En ambos casos, los autores se hicieron pasar por policías para interceptar los vehículos y apoderarse de la carga. Los hechos en Navarra ocurrieron el 26 de abril, mientras que las detenciones tuvieron lugar entre el 13 y el 15 de octubre.
A los miembros de esta banda, “muy conocidos” por los investigadores catalanes, se les imputan ocho delitos, entre ellos detención ilegal, trato degradante, robo con fuerza, robo con violencia e intimidación, pertenencia a organización criminal y delitos contra la salud pública.
El primer asalto se produjo en un polígono industrial de Arazuri, donde un camionero fue reducido por varios hombres que se identificaron como agentes. Tras esposarlo y introducirlo en un vehículo, uno de los asaltantes condujo el camión hasta Cataluña. Durante el trayecto, la víctima fue agredida e interrogada bajo la sospecha de que transportaba hachís oculto. Finalmente, el conductor fue liberado entre Cunit y Cubelles, junto a la cabina del camión.
Los investigadores han aclarado que el camionero no tenía relación con el narcotráfico, y que no existen indicios de que conociera el contenido de su carga. El perjuicio económico ocasionado se ha estimado en 200.000 euros.
Las primeras pesquisas de la Policía Foral permitieron localizar un vehículo vinculado con Cataluña, lo que llevó a solicitar la colaboración de los Mossos d’Esquadra, cuya información fue “clave” para identificar a los principales sospechosos.
Dos días después del suceso en Navarra, otro asalto idéntico tuvo lugar en Celrà, donde tres individuos armados interceptaron a dos camioneros procedentes de Tánger. Los hombres fueron esposados y les robaron la documentación y los teléfonos móviles, además del camión. Los vehículos usados en este ataque resultaron ser los mismos implicados en el robo de Arazuri.
Estas coincidencias llevaron a la creación de un Equipo Conjunto de Investigación (ECI) entre ambos cuerpos policiales. Las pesquisas revelaron que la banda operaba desde la Anoia y el Baix Llobregat, donde los sospechosos disponían de naves industriales y talleres para su actividad ilícita. Además, los vehículos utilizados en los robos llevaban matrículas duplicadas para eludir su rastreo.
Uno de los líderes del grupo contaba con un historial delictivo por narcoasaltos, robos con violencia y falsificaciones documentales. En total, se realizaron once registros en municipios de la provincia de Barcelona, entre ellos Igualada, La Pobla de Claramunt, Piera y Molins de Rei.
El operativo permitió la detención de cinco personas y la incautación de 15 kilos de hachís, más de 100 gramos de cocaína, cuatro vehículos robados, una escopeta de caza, una pistola semiautomática, chalecos, credenciales policiales falsas y balizas de seguimiento. En el dispositivo participaron más de 100 agentes, incluidos efectivos de las unidades canina, aérea y científica.
Los mandos policiales han coincidido en calificar la investigación como “muy compleja”, debido al uso de placas dobladas y a la alta experiencia del grupo en técnicas de evasión. Según Miguel Ruiz, “había muy pocos datos de los que tirar”. Por su parte, Carlos Otamendi ha destacado “la importancia de la colaboración entre cuerpos” y ha subrayado que los detenidos “conocen bien las técnicas policiales y extreman sus medidas de seguridad”.
El agente Pablo de la Fuente ha señalado que se realizaron más de 450 solicitudes de telefonía a nivel policial y 100 judiciales, lo que requirió un análisis exhaustivo. En la misma línea, el sargento Miguel Morenete ha explicado que los detenidos “no tenían permiso de conducir” y circulaban con vehículos robados, lo que complicó aún más los seguimientos.