Sánchez fue el problema, Rajoy ¿la solución?
Nunca me gustó hacer leña del árbol caído, pero, en este caso, releo cuanto he escrito desde finales de 2015 y reconozco, no sé si con legítimo orgullo, con falsa modestia o con algo de aprensión, que he opinado multitud de veces que Pedro Sánchez, aquel fallido e imposible candidato a presidir el Gobierno de España, se estaba suicidando políticamente con su 'no, no, no' a cualquier acuerdo con el Partido Popular, en general, y con Mariano Rajoy, en particular.