Ángel Asín Villegas y Julia Sanz Iribarren cogieron el bar en 1974 y ahora son sus tres hijos, Benito, Iñaki y Víctor Manuel los que trabajan en la misma bodega. La especialidad de la casa son los almuerzos de toda la vida, ya que no hay menú del día ni cenas.
Se trata de la bodega Eslava, situada en la calle Hilarión Eslava 3 de Burlada. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local. Como, por ejemplo, la carnicería de los hermanos Larragueta, que les suministra la carne, o la carnicería de los hermanos Gil, que están a muy pocos metros de distancia.
Los padres Ángel y Julia trabajaron primero cinco años en Alemania y volvieron a Burlada en el año 1965. Compraron un piso justo encima de la bodega y en 1974 cogieron el bar porque Ángel trabajó antes en Pamplona en el bar El Caserío y en las Delicias. Posteriormente, llegó el turno de los hijos.
La clave del éxito de la bodega Eslava son los almuerzos. Siempre hay una base de siete u ocho platos más uno especial: ajoarriero, callos, morros, txungur, costillas de cuto, albóndigas y relleno, con tocino, jamón, chistorra y longaniza.
Los miércoles es el día de las patas de cuto, los viernes calamares en su tinta y los sábados menudicos. Lo que más se demanda es el ajoarriero. En cuanto a la cantidad, ofrecen tres opciones. El plato grande, media ración, y luego un pintxo.
Benito, el hermano mayor, atiende en la barra: "Es un dato curioso los 50 años. Está bien. Es un bar de gente de casa de toda la vida. Vamos aguantando. Tenemos muchos años de experiencia. Lo que funciona son los almuerzos. Txungur, morros y ajoarriero sobre todo".
La clientela es de toda la vida: "Son todos amigos y conocidos. Ya estaba abierto con vinos y alguna sardina antes de 1974. Luego lo cogió mi padre que venía de la hostelería de Pamplona y puso cafetera y todo. Creo que no hay relevo. Yo y el hermano que me sigue nos vamos a jubilar dentro de unos cinco años".
Ángel Ignacio, Iñaki, tiene 57 años y es el segundo de los hermanos: "Yo cocino desde hace 31 o 32 años. Antes cocinaba mi madre y luego alquilamos dos años, pero desde 1993 cocino yo".
"Lo nuestro es el almuerzo de siempre. La cocina la abrimos desde las 8.30 de la mañana hasta las 12.30 o 13 horas con ajoarriero, paticas de cuto, callos, menudicos... Lo de siempre de Navarra".
"No nos podemos quejar de gente. Vienen obreros y personas de todo tipo. No damos ni cenas ni comidas. De 13 a 15 horas cerramos y abrimos a las 15 horas. Estamos hasta las 20 ó 20.30 horas con un par de partidas de cartas, si hay, dos vinos y dos cafés", asegura Iñaki.
Víctor Manuel es el más pequeño de los tres hermanos, de 46 años. Se encarga de repartir los almuerzos desde la cocina al comedor. "Me encargo del comedor, la sala, y por la tarde en la barra. 50 años es una gran alegría. Pocos habrá que lleguen a estos años. Da gusto cumplir las bodas de oro".
La gente mayor que viene al bar también está muy contenta por el 50 cumpleaños "porque lo ha conocido de siempre. Tenemos un trato muy familiar. Yo lo he conocido de toda la vida. Aquí me han salido los dientes. El papá y la mamá estaban todo el día en el bar y yo venía del colegio. Estaban desde las 6 de la mañana a las diez de la noche".
"Hay dos turnos de almuerzos, a primera hora y el segundo a las 11. Está todo bastante controlado. Hay siete u ocho platos que son los mismos todos los días y estamos muy contentos. Menú del día dábamos hace veinte años cuando había muchas obras cerca, pero ya se ha perdido", concluye Víctor Manuel.
