Beroki es una palabra en euskera cuyo significado en español es ‘abrigo’ o ‘lugar resguardado del viento'. La dueña de la tienda Beroki en Pamplona, Itziar Zaldúa, nos explica que significa prenda de abrigo: "Beroa es abrigo y Beroki es prenda de abrigo".
Beroki está situada en la calle Sangüesa 20 en el segundo Ensanche de la capital navarra. Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local como es el caso de la peluquería para niños Fashionkids o la empresa de alquiler de trasteros El Desván.
Itziar Zaldúa Lasa es natural de Pamplona, aunque sus padres son originarios de Elizondo. Su madre María Josefa Lasa es de Elizondo y su padre Juan Zaldúa Errotaberea, que falleció en marzo de 1992 a los 72 años, era de Bozate.
María Josefa y Juan comenzaron con su negocio textil en Elizondo en 1950 y se desplazaron a Pamplona en 1960: "Éramos una familia de seis hijos" (Francisco Javier, José, Jesús Mari, Juan, Itziar y José Antonio), asegura Itziar.
En el interior de su tienda, Itziar muestra un gran panel de fotos antiguas con pases de moda de su madre en Elizondo: "Fue una gran emprendedora para su tiempo".
"Vinimos todos pequeños, el más pequeño tendría como un año. Hemos hecho siempre punto desde el origen. Compramos la lana y a partir de ahí hacemos el tejido casi siempre a medida. Como una modista pero en punto", explica la dueña de Beroki.
"Aquí en este local llevamos desde 1970. Antes estuvimos seis años en la calle Sanguesa más abajo en el número 31 y el taller lo teníamos en la calle Larregla. Empezaron mis padres en el año 60 trabajando para otro. Desde el año siguiente 1961 se pusieron por su cuenta y a partir de ahí empezó todo", comenta Itziar.
"Aquí trabajo desde el 77. Ya son años. Me iré poco antes de cumplir los 65 años y ya está. Es más que suficiente. Lo puedo hacer ahora. Por aquí hemos pasado los ocho, mis padres y mis seis hermanos", señala la dueña de Beroki.
"Llevo desde hace seis años yo sola en la tienda. Lo hacíamos todo. Desde comprar la hilatura, tejer, cortar, probar, acabar. Desde que se abrió siempre tuvimos el taller aquí", afirma Itziar orgullosa.
Además de la edad, hay otro asunto que la ha decidido a jubilarse: "Un último empujón ha sido el proyecto del parking este de aquí (Plaza de la Cruz) que yo no me lo voy a comer. Sería un final bastante desagradable, aunque la decisión estaba tomada. Lo hubiera hecho de todas maneras pero con eso, sin ninguna duda".
En cuanto a la respuesta de las clientas al cierre, comenta: "Me dicen que están con mucha pena. Que como se me ocurre y yo les digo que a mi también me toca. Por un lado siento mucha satisfacción porque no ha sido fácil", indica Itziar.
"Ha habido altibajos como en todos los negocios y en este que es muy concreto. Esto se acaba y no hay nadie. No hay relevo y no hay nadie que haga esto en Pamplona y en Navarra", señala la dueña de Beroki.
En cuanto al resumen que hace de todos estos años en la tienda: "Para mi la balanza es mucho más la satisfacción de haber llegado. Emocionalmente va a ser un trago porque esto es la historia de mi familia. Ha sido el sustento de la familia y el núcleo de todos".
Itziar reconoce que Beroki "no ha sido solo un trabajo sino el núcleo de todas las parejas y nietos de mis padres. Hasta aquí. Al final me voy con satisfacción".
La idea es jubilarse "con buena salud mientras me respete. Me gusta viajar, me gusta mucho nadar y me voy a reenganchar con el euskera otra vez ahora que tengo más tiempo, porque tener un negocio propio es muy esclavo y necesita mucha dedicación", indica Itziar.
Más que la competencia, "ha cambiado mucho la manera de comprar. Creo que me voy en el momento oportuno. No me voy a meter ahora en tienda online ni en historias de estas. Creo que es un buen momento para hacerme a un lado y disfrutar de lo que venga", concluye Itziar.
