La bonita localidad navarra de Ecay de Lónguida, de apenas 70 habitantes y a solo dos kilómetros de Aoiz, presume de tener uno de los mejores hoteles de la zona media de Navarra.
Lejano queda el año 1978 cuando el matrimonio formado por Luis Rebollo y Alicia García abrieron un pequeño bar en el pueblo natal de Alicia. El local se convirtió en el centro de reunión de los vecinos de la localidad.
Alicia trabajaba en la cocina con su hermana Charo. Luis se encargaba de la barra y empezaron a dar sus comidas. Sus dos hijos Jose Luis y Jesús (Chuchín) ayudaban los fines de semana y en las vacaciones.
Han pasado ya 46 años de aquellos inicios. Actualmente, el pequeño bar se ha convertido en un hotel con 20 habitaciones, un amplio restaurante para 120 personas, bar y terraza con amplio aparcamiento. Un lugar de referencia para la Merindad de Aoiz.
Se trata del hotel Ekai, situado a solo veinte minutos de Pamplona, en la misma puerta de los espectaculares valles del pirineo navarro. A ello se suma una cocina con sabor tradicional y unas habitaciones muy acogedoras.
Jesús Rebollo García, 'Chuchín' tiene 58 años de edad y es el actual propietario del hotel Ekai. Estudio periodismo en sus años jóvenes en la Universidad de Navarra en Pamplona pero al final decidió dedicarse al negocio de sus padres.
"Esto empezó en el bar viejo con mis padres. Mi padre era de Trujillo (Extremadura) y mi madre era de Ecay. En 1996 nos animamos a hacer el bar restaurante y el hotel, planta por planta, poco a poco. Fue cabezonería emprender en el pueblo natal de uno y es que siempre tiran las raíces. Yo con solo doce añitos ya ayudaba en casa".
Cogieron el negocio de forma definitiva en el año 1990 "con mi cuñada Isabel Leache y mi hermano José Luis que ya se han jubilado, y quedo yo solo. Tenemos 23 trabajadores y es una empresa de referencia en el valle y en la comarca. Es una manera sostenible de mantener el trabajo local y el trabajo femenino. Luchando mucho pero contentos", afirma Jesús Rebollo.
El hotel ha recibido varios premios y reconocimientos: "Hemos sido siempre discretos a la hora de funcionar, sin intentar sobresalir mucho, pero sí se nos ha reconocido el trabajo. El cliente es el que al final te recompensa con sus valoraciones. Hemos pasado años difíciles pero el año pasado remontó y estamos a niveles buenos pese a la incertidumbre que existe. Se está empezando a trabajar muy bien este año 2024".
El secreto de su éxito "es darle un poco de personalidad, que haya una buena atención, un buen producto y una buena implicación por parte de todos. Uno mira estos años y dice ha habido un trabajo y ha habido un fruto, y muchas familias que han dependido de este trabajo", asegura el dueño del establecimiento.
El restaurante tiene tres secciones: "El menú del día de lunes a viernes está a menos de 15 euros enfocado a tema de trabajo, un menú más especial para los fines de semana, y una carta de cafetería con cosas más informales que se adaptan a todos los bolsillos".
En cuanto al Hotel, Jesús Rebollo asegura: "Tuvo un año pasado muy bueno. De lunes a viernes trabajamos con la zona industrial de Aoiz y los fines de semana es más turístico por la cercanía de Lumbier y el Irati".
Jesús Rebollo está casado con Edurne Trigueros, maestra jubilada, y tienen una hija (Alba) "que vive en Berlín, le ha dado por el tema artístico, y de momento no hay nadie que nos siga. Está complicado el relevo. En unos años hay que buscar algún tipo de salida".
"Igual si quieren los dos sobrinos que tengo..., pero es difícil el relevo en estas zonas pese a que sean negocios rentables y con una buena trayectoria. De momento estamos con ilusión de seguir trabajando", concluye Jesús Rebollo.
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