• martes, 03 de diciembre de 2024
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SOCIEDAD

El espectacular pueblo de Navarra donde comer en un restaurante dentro de una cueva

En el norte de Navarra, este pequeño pueblo de apenas 250 habitantes que siempre ha cautivado con su misterio y encanto. 

Restaurante Venta Halty en Zugarramurdo. HALTY.ET
Restaurante Venta Halty en Zugarramurdi. HALTY.ET

A escasos kilómetros de la frontera de Francia y a dos kilómetros de Zugarramurdi se encuentra un restaurante muy especial donde se puede vivir una experiencia única como comer dentro de una cueva.

En el norte de Navarra este pequeño pueblo de apenas 250 habitantes ha cautivado desde siempre con su misterio y encanto,  un lugar donde la magia parece impregnar cada rincón, donde el folklore y la fantasía se entrelazan con la realidad.

Pasear por las sinuosas calles flanqueadas por casas blancas es adentrarse en un mundo de cuentos y leyendas, donde la imaginación se desborda. En esta región del Baztán, Zugarramurdi emerge como uno de los destinos más emblemáticos, reconocido por sus tétricas historias de brujas y rituales demoníacos que han perdurado a lo largo del tiempo.

La fama de Zugarramurdi trasciende fronteras; mucho antes de que el cineasta Álex de la Iglesia inmortalizara el pueblo en su película, la leyenda negra que lo envuelve ya había dejado una huella imborrable en la historia, desde los días oscuros de la Inquisición.

Pero Zugarramurdi es mucho más que una colección de fábulas. Enclavado en un entorno natural de una belleza impresionante, este pueblo navarro, a escasos kilómetros de la frontera con Francia, ofrece paisajes pintorescos que quitan el aliento. Rodeado de pinos y castaños, su principal atracción es una imponente cueva, de 120 metros de longitud y 12 metros de altura, que guarda consigo una historia dramática y fascinante.

Al adentrarse en el núcleo urbano, los visitantes son recibidos por vetustos caserones que parecen susurrar historias del pasado. La Iglesia de Nuestra Asunción y el Palacio Dutaria dominan el paisaje, mientras que los barrios de Azkar, Madaria, Etxartea y Olasur completan los escasos 6 kilómetros cuadrados de extensión de este pueblo lleno de encanto y misterio.

Zugarramurdi es un lugar donde la realidad y la leyenda se funden, donde cada rincón cuenta una historia y cada calle esconde un secreto. En este pequeño enclave, la magia perdura y el pasado sigue vivo, invitando a los visitantes a sumergirse en un mundo donde lo imposible parece posible.

Una vez visitado el pueblo y sus encantos, hay una parada obligatoria para completar la experiencia. A escasos dos kilómetros del pueblo se encuentra el restaurante Venta de Halty, un lugar donde poder comer dentro de una cueva. 

La borda de Errotazar era un caserío desde 1950 hasta 1962 y, según cuentan en la web del restaurante, las primeras generaciones vivían de los animales y de la agricultura. En 1963 se fundó Venta Halty y la segunda generación se dedicaba a la venta de alcohol y conservas. En 1979 la tercera generación siguió apoyando el proyecto y en 2022 es la cuarta generación la que continúa con el restaurante.

El comercio fue creciendo y se empezaron a dar comidas con gente de la zona, sobre todo con los vecinos que hacen frontera: Zugarramurdi, Sara, Urdax. 

Tan solo se puede disfrutar de la comida en este restaurante en los meses donde reina el buen tiempo como marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre, según añaden en su página web.

En la carta se pueden encontrar platos caseros y tradicionales como espárragos navarros, merluza, sopa de pescado, tortillas, costillas de cordero o chuleta de vaca, entre otros platos. 

Después, existe la posibilidad de tener una experiencia única y disfrutar de un zikiro jate en una cueva. Esta tradición la comenzaron en 1965, según apuntan en su web. Para poder comer es necesario ir un grupo de más de 25 personas aunque existe la posibilidad que si en el día de la reserva del grupo hay hueco, pueden servir para parejas o grupos reducidos. 

En el menú entran entrantes como espárragos en vinagreta, huevos duros con mayonesa , paté, chorizo salchichón, atún, mejillones, filetes de anchoas, aceitunas rellenas. Como plato principal el cordero pastenco asado durante tres horas con ensalada verde. El ambiente es único en el restaurante Venta Halty que está rodeado de vegetación. 

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