El nuevo obrador de Pamplona, Cookie Life, nos recibe con un envolvente olor a galletas. En la entrada, un salón con una cuidada decoración de estilo romántico y acogedor sorprende. Al fondo, en la cocina, se hace la magia. 'Vida de galletas' es la traducción del nombre del local. Nunca mejor dicho porque la vida de Sheila Millo se ha convertido en eso, "una vida de galletas".
Lo cuenta su marido, Axier González, quien asegura que la joven "tiene un don natural para la repostería". La pareja fundó Cookie Life a principios de este año y se casó el pasado julio. Así las cosas, despide 2022 como uno de sus años con más acontecimientos. Y empieza ahora a darle el impulso definitivo a su proyecto profesional: Cookie Life, un obrador especializado en galletas.
La idea surgió durante la pandemia por el Covid-19. "A Sheila siempre le había gustado la repostería y entonces tuvo tiempo para desarrollar esas habilidades", rememora su marido. De esta forma, poco a poco, fue sacando diferentes recetas. "Al principio, no teníamos pensado comercializar nada. Pero, yo lo probaba y pensaba: esto hay que venderlo".
Y el destino se puso de parte de González. En febrero de 2021 despidieron a Sheila de su anterior trabajo. "Ahí vimos claro que era el momento de emprender", comenta él. Sheila es autodidacta y ha conseguido sacar las recetas, "incluso mejorarlas". "Todo le viene de ir a los restaurantes, probar un coulant y desilusionarse al ver que lo sacan congelado. Poco a poco ha ido cogiendo esas recetas y trabajando sobre ellas", pone en valor.
Compraron el local, en el nº 2 de la calle Torralba del Río en la Chantrea, a finales de 2021 y lo renovaron completamente. Anteriormente fue un obrador de los hermanos Lecumberri: Pastas Lecumberri. La decoración la ha diseñado Sheila: "El suelo de cerámica lo pusieron entre ella y su padre, las puertas las hizo mi tío y los muebles los hemos restaurado nosotros", enumera orgulloso González. No es para menos: "Vinieron los de Sanidad y dijeron que parecía una casa".
Cookie Life funciona por encargos a través de su página web. "Por el momento, no tenemos un servicio para dar café. Tampoco exposición", insiste González. ¿La razón? Aunque es una idea que no descartan a futuro, en estos momento solo trabaja en el obrador la mujer: "Si Sheila está horneando, no puede atender a las personas que entran al local porque como pierdas un tiempo de orneado, pierdes el trabajo hecho".
La pareja también baraja la posibilidad de hacer reparto a domicilio: "Pero, por ahora el precio es un problema", asegura González. No obstante, le ve posibilidades a esa idea: "A diferencia de una pizza, nuestros productos se pueden consumir fríos y eso es una ventaja".
Actualmente, el obrador ofrece a sus cliente ocho variedades de galletas: clásica, chocolate con leche, rellena de nutella, chocolate blanco, chocolate blanco con salted caramel, doble chocolate, doble chocolate con salted caramel y oreo con chocolate blanco. Todas ellas se pueden combinar en diferentes packs: fit (ocho unidades por 12 euros), tentador (12 unidades por 15 euros), goloso ( 24 unidades por 30 euros) y devora (50 unidades por 60 euros).
Las galletas son el producto estrella de este obrador. "Por ellas empezamos. Todo lo demás ha ido viniendo después". Ahora comparten protagonismo con los brownies, los bizcochos y las tartas. De hecho, los brownies se han convertido en otra de sus especialidades. La carta se compone de cuatro variedades: oreo, oreo con chocolate blanco, nueces y salted caramel. Se venden en tres tamaños: piccolo (entre seis y nueve raciones por 12 euros), mediano (entre nueve y 12 raciones por 22 euros) y grande (entre 16 y 20 raciones por 32 euros).
Además, Cookie Life está empezando a comercializar sus primero bizcochos y tartas. "Por el momento no están disponibles para particulares, pero las distribuimos a través de varias cafeterías con las que colaboramos", puntualiza González. No obstante, espera poder ponerlos a disposición de todos los clientes "muy pronto".
"Y esperamos introducir pronto tartas personalizadas para cumpleaños y eventos", avanza. Pero eso, va a tener que esperar un poco más. "Depende de lo que pueda sacar adelante Sheila porque esas tartas requieren mucho más tiempo de elaboración que otros productos", explica su marido. Por eso, la idea es que entre a trabajar otra persona al obrador. "Eso va a depender de la producción que tengamos".
González explica el por qué de colaborar con las cafeterías: "Nos da cierta estabilidad". De esta forma, los productos de Cookie Life se pueden degustar en los siguientes establecimientos: Donde María (Ansoáin), Machiatto Coffee Shop (Iturrama) y Ficka (Casco Antiguo).
Aunque Cookie Life va a celebrar pronto su primer cumpleaños, los fundadores consideran que es ahora cuando está empezando a rodar todo. "Fue una apertura un poco descafeinada porque en febrero acabamos la obra y en junio nos casamos. Después nos fuimos un mes de luna de miel a Tailandia. Ahora estamos remontando y la gente nos está empezando a conocer". Por eso, espera que en estos próximos meses empiece a aumentar el número de pedidos. "Además, coincide que la gente consume más dulce cuando hace frío".
Aunque la repostería artesanal de Cookie Life puede gustar a todo el mundo, triunfa especialmente entre los más jóvenes. "Las personas mayores prefieren otro tipo de pastas. Por ejemplo, las que hacían antes los hermanos Lecumberri en este mismo local", reconoce González. Pero lo cierto es que la repostería americana ya ha desembarcado en Pamplona: "Y está pegando fuerte".
Cada vez son más las personas que eligen una cookie, en vez de una palmera, para merendar. Y un buen termómetro medidor de esa popularidad son las cafeterías. "Entregamos una Red Velvet el viernes y para el lunes ya no quedaba", ejemplifica González. "Los universitarios van y devoran".
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