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PAMPLONA

Petacho o modernidad: las dos torres de Pamplona que cumplen 60 años de historia

Fue la primera construcción de doce pisos de altura en la capital navarra con un garaje subterráneo de grandes dimensiones.

Las torres de Huarte en el barrio de Iturrama en Pamplona. Navarra.com
Las torres de Huarte en el barrio de Iturrama en Pamplona. Navarra.com

Las denominadas 'torres de Huarte' de Pamplona se llaman así por el empresario y constructor navarro Félix Huarte Goñi, que fue el empresario que contrató a los arquitectos Fernando Redón Huici y Javier Guibert Tabar.

Fernando Redón fue reconocido hace apenas un año, el 31 de enero de 2022 por el Ayuntamiento de Pamplona. El paseo peatonal situado junto a la Casa de Misericordia lleva su nombre, a pocos metros de las torres de Huarte.

Es un homenaje a la figura de este profesional que formó parte de la junta directiva de esta entidad y que, además de dejar en la ciudad un buen número de edificios con su sello, como las torres de Huarte, dirigió la Institución Príncipe de Viana.

El enorme edificio se construyó en 1963, cumple sesenta años de vida, en una amplia zona entre la Vuelta del Castillo, la avenida de Sancho el Fuerte y las primeras casas del barrio de Iturrama en Pamplona.

Son las primeras torres de lo que se llamó entonces el tercer Ensanche pamplonés, ya que posteriormente se construyó la torre Basoko cuando se desarrolló la avenida de Sancho el Fuerte.

Fue la primera construcción que incluyó un garaje subterráneo de grandes dimensiones. Sus doce pisos de altura más el ático constituyeron en su día un hito en un barrio de Iturrama, que estaba limitado a pequeñas casas y huertas.

Se trata de viviendas muy uniformes. Las dos torres albergan 90 viviendas más el ático por primera vez en Pamplona. El presupuesto del conjunto, según el proyecto de 1963, era de 60 millones de pesetas. Estaban pensados para la alta burguesía de la capital navarra.

El tema principal de la obra fue el protagonismo de la estructura de hormigón en todos los aspectos. El promotor pretendía la máxima economía y facilidad de construcción.

El edificio es una buena muestra del estilo arquitectónico 'brutalista'. Un estilo que surgió en la década de los años 50 del pasado siglo en el Reino Unido.

Se caracterizaba por construcciones minimalistas que muestran los materiales de construcción desnudos, sin ninguna decoración. Usan hormigón y ladrillo expuesto y sin pintar.

Este tipo de edificios han generado muchas críticas, como 'edificios frios, sin alma', pero también han tenido el apoyo de arquitectos. En los últimos años han llegado a considerarse 'hitos' y se les ha calificado con el adjetivo de 'históricos'. El edificio fue restaurado en 2004, porque se desprendieron algunos de los recubrimientos de la estructura de hormigón en las fachadas.


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