Se prevé que la zona quedará como en 1980 -como exige una sentencia judicial- en la primavera de 2025.
El Refugio Militar de Belagua, que permaneció en el Valle del Roncal, ha quedado reducido a escombros tras el derribo del edificio, que se encontraba en estado ruinoso, como parte de las obras financiadas por el Ministerio de Defensa.
Esta actuación cumple con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que ordenaba la devolución de este terreno a su estado natural.
La Junta del Valle del Roncal había cedido el terreno al Ministerio de Defensa para la construcción de un refugio-escuela militar. El Refugio Militar General Garrido, ubicado en el puerto navarro de Belagua, fue edificado para fines militares tras la cesión de los terrenos por parte de la Junta del Roncal.
La condición de esa cesión era que, una vez el Ministerio de Defensa dejara de utilizar el edificio, el terreno debía ser devuelto a la Junta, que formalizó la solicitud de reversión en 2008 tras la declaración del refugio como innecesario para fines militares.
El Ministerio de Defensa denegó la solicitud en 2010, lo que llevó a la Junta a presentar un recurso de alzada que fue desestimado. Posteriormente, se interpuso un recurso contencioso-administrativo con el objetivo de evitar que el mal estado de las instalaciones se convirtiera en un problema para la zona. En 2013, el tribunal dictó una sentencia favorable para la Junta del Roncal, seguida de un auto del TSJM que confirmaba la resolución.
El edificio, abandonado y cubierto de grafitis, destacaba en la zona de manera negativa, contrastando con la belleza natural de los montes circundantes. Los vecinos del Valle del Roncal han recordado las largas luchas que se han librado durante años para recuperar el terreno y hacer desaparecer el deteriorado refugio. Para ellos, ver la desaparición del edificio y no encontrarlo al pasar por la carretera que lo rodea ha sido un impacto importante.
Se prevé que las obras de restauración estén finalizadas para la primavera de 2025, devolviendo el lugar a su estado original, tal como se cedió al Ministerio de Defensa en 1980. Mientras tanto, las excavadoras seguirán formando parte del paisaje.
