En Navarra, por cada pueblo que pases te vas a encontrar algo que destaca o que hace que lo hace especial. Puede que sea una pequeña capilla, un imponente bosque o un antiguo monumento en memoria de alguien. Sea lo que sea, quedarás impresionado por muchas razones.
Un ejemplo es Huarte Araquil, un municipio a los pies del santuario de San Miguel de Aralar ubicado a 32 km al noroeste de la capital navarra y con alrededor de 800 habitantes.
La villa de Huarte Araquil se fundó en una ubicación estratégica, en un estrechamiento de la Barranca y apoyándose en un meandro del río Arakil que servía para ayudar en la defensa de la población. Actualmente, la población se ha extendido más allá del río Arakil, donde se estableció originalmente.
Huarte Araquil pudo tener sus comienzos en la Prehistoria ya que alrededor del territorio se han encontrado al menos 16 monumentos megalíticos y dólmenes que indican el origen pastoril de los habitantes de esa zona montañosa.
El primer testimonio escrito es de período romano Aracelium o Araceli que se identifican con los restos romanos aparecidos en el recinto de Zamarce. La localidad ha aparecido en numerosos documentos con diferente mención y nombre como Huart, Hyarte o Huarte de Val de Araquil, siempre como lugar perteneciente al monasterio de Santa María de Zamarce.
Oficialmente, Huarte Araquilse fundó en el año 1355. El rey del momento, Carlos II, mandó crear una línea de defensa en la villa para protegerse de los atacantes castellanos que habían ocupado Guipúzcoa y Vizcaya. Sin embargo la construcción y población de la villa fue difícil y dos años más tarde se derribaron las casas de las aldeas para obligar a sus moradores a establecerse en Huarte.
El crecimiento del municipio fue lento, pero fue consolidándose al final del siglo XIV. Desafortunadamente, a finales del siglo XV vivió uno de los muchos incendios de su historia, quedando devastadas las 160 casas de la villa. Como ayuda por este incidente, les fueron perdonados los impuestos reales por diez años.
Siglos más tarde, una epidemia de cólera azotó la localidad. En 1892 se registró otro fuerte incendio y en 1962 sufrió el último gran incendio dejando rastro en la arquitectura del lugar, como por ejemplo la calle del Río.
En Huarte Araquil resalta la parroquia de San Juan Bautista, un templo en el que se han mezclados diferentes estilos arquitectónicos. Empezó siendo una parroquia gótica erigida en el siglo XIV, pero a finales del siglo XV se reconstruyó el templo debido a uno de los terribles incendios que se produjeron en la villa.
Destacar también el puente medieval que permite cruzar el río Arakil. No se sabe con claridad la fecha exacta en la que fue construido pero se especula que fue entre los siglos XIII y XVI. Esta puente de arco apuntado y un solo ojo es lo suficientemente ancho como para que pueda cruzar un coche sin problema.
No obstante, la joya de Huarte Araquil es el monasterio de Santa María de Zamarce. Levantado entorno a 1140 y 1150, se trata de una de las obras en las que mejor se percibe la influencia de la desaparecida catedral románica de Pamplona. Hoy en día, es una casa de retiro espiritual y se puede visitar el pequeño museo que contiene restos excavados durante el 2010 y 2015.
Durante las últimas excavaciones se han encontrado los restos de la antigua mansio romana de Araceli y tumbas medievales de peregrinos. En el pasado era sin duda un asentamiento surgido fundamentalmente para atender a los viajeros de la vía que discurría por el corredor del Arakil.
La entrada al monasterio es gratuita y está abierto al público todos los días desde las 12 horas hasta las 14 horas. Para realizar una visita fuera de ese horario es preciso llamar al templo directamente.
El monasterio está ubicado junto al río Araquil al pie de la sierra de Aralar, en el camino que conduce al santuario de San Miguel in Excelsis. Para llegar hasta allí es necesario conducir por la AP-15 y luego desviarse por la carretera A-10.
