SOCIEDAD
Un nutricionista de la CUN alerta de los riesgos de conservar mal los alimentos con el calor
Altas temperaturas, comidas mal conservadas y hábitos poco saludables pueden provocar intoxicaciones alimentarias en verano.

Altas temperaturas, comidas mal conservadas y hábitos poco saludables pueden provocar intoxicaciones alimentarias en verano.
Las altas temperaturas del verano favorecen la proliferación de bacterias en los alimentos. Por eso, nutricionistas de la Clínica Universidad de Navarra han subrayado la necesidad de mantener la cadena de frío como medida clave para prevenir intoxicaciones.
Ainhoa Garde, experta del Área de Obesidad de esta clínica, ha alertado de que “la temperatura ambiente se convierte en un caldo de cultivo para bacterias”, lo que puede provocar que ciertos productos se contaminen si no se conservan adecuadamente.
Para reducir riesgos, recomienda tres medidas básicas: “organizar la compra para acortar el tiempo de traslado, no descongelar alimentos a temperatura ambiente y extremar la precaución con productos sensibles como carne picada, aves, jamón cocido o ensaladas envasadas”.
Además de proteger los alimentos, los especialistas recomiendan adaptar la alimentación al calor y al estilo de vida veraniego. Según Garde, es aconsejable aprovechar los productos de temporada, ya que “son más sostenibles, frescos y ricos en agua”, además de resultar más económicos.
Entre las frutas más recomendadas se encuentran el melón, la sandía, la cereza, el melocotón, el paraguayo o la fresa, mientras que entre las verduras destacan el pepino, la lechuga, el tomate, el calabacín y la berenjena.
La experta también defiende la combinación equilibrada de verduras, proteínas y cereales para crear platos saludables y refrescantes. “La fruta es muy versátil, se puede tomar entre horas, como postre o incluso incorporarse a platos principales”, ha explicado. Gracias a su contenido en agua, productos como la sandía, las fresas, el tomate o el pepino también ayudan a mantener una buena hidratación.
Respecto a los alimentos menos convenientes en esta época, Garde aclara que no se trata de prohibir productos concretos, sino de evitar patrones poco saludables, como el abuso de grasas saturadas, harinas refinadas o ultraprocesados.
En su lugar, recomienda optar por alimentos frescos y de calidad: verduras, frutas, pescados blancos y azules, carne magra, huevos, legumbres, lácteos naturales, cereales complejos y grasas saludables como el aceite de oliva o los frutos secos.
Con estas pautas, mantener una alimentación equilibrada, segura e hidratante durante el verano es posible y beneficioso para la salud.