Preocupación por la salud del Papa Francisco: la explicación de una experta de la Clínica Universidad de Navarra
El Papa, de 87 años y hospitalizado desde hace más de una semana, presenta un deterioro en su estado de salud.
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En las últimas horas existe una importante preocupación por el estado de salud del Papa Francisco, quien ha experimentado una crisis asmática este sábado que ha requerido la administración de oxígeno y una transfusión de sangre, según ha informado el Vaticano en su comunicado diario sobre el estado de salud del Pontífice, ingresado desde hace más de una semana en el Hospital Gemelli de Roma.
El informe médico ha detallado que el Papa ha sufrido una "crisis respiratoria asmática prolongada" durante la mañana, lo que ha hecho necesario el suministro de oxígeno.
Además, los análisis han revelado una trombocitopenia –una bajada de plaquetas– asociada a anemia, lo que ha obligado a realizarle transfusiones sanguíneas. Pese a la atención médica, su estado "sigue siendo crítico" y aún "no está fuera de peligro", han indicado fuentes vaticanas.
El Papa Francisco, de 87 años, permanece hospitalizado debido a una neumonía bilateral derivada de una bronquitis, lo que ha deteriorado su estado en los últimos días. Aunque ha pasado la jornada sentado en un sillón y se mantiene atento, el comunicado destaca que "ha sentido más dolores que ayer". Por el momento, su pronóstico es reservado.
Los expertos han advertido que la necesidad de una transfusión de sangre podría ser indicativa de un agravamiento de la infección que padece el Pontífice. La doctora Teresa Pérez Warnisher, neumóloga de la Clínica Universidad de Navarra, ha señalado en declaraciones a Europa Press que la presencia de anemia y trombocitopenia sugiere un empeoramiento del cuadro clínico. "Es posible que estos síntomas estén relacionados con la infección, lo que indicaría que la enfermedad está progresando", ha explicado la especialista.
El Vaticano ha reiterado que la condición del Papa se mantiene "crítica" y que su evolución sigue siendo incierta. Sin embargo, no ha especificado si la transfusión ha sido de plaquetas o glóbulos rojos, un detalle relevante para determinar el alcance de su estado. "Si ha necesitado una transfusión, es porque su cuerpo requiere un soporte más avanzado. Parece que la infección está empeorando", ha indicado Pérez Warnisher.
En relación con el dolor que ha manifestado el Pontífice, la especialista ha señalado que podría deberse a la inmovilidad prolongada. "Las infecciones no suelen provocar dolor. Es probable que esté relacionado con la postura y el tiempo que ha pasado en cama o en el sillón", ha afirmado.
El diagnóstico médico también ha señalado que el Papa Francisco ha necesitado oxígeno de alto flujo, lo que sugiere un deterioro en la función respiratoria. "Este tratamiento indica una insuficiencia respiratoria severa, aunque no necesariamente implica intubación o sedación", ha detallado la neumóloga.
Ante el pronóstico reservado que mantiene el Vaticano, Pérez Warnisher ha advertido que el estado del Papa ha mostrado un empeoramiento evidente en las últimas horas. "No significa que no pueda recuperarse, pero la evolución en este momento no es favorable", ha concluido.