Los vecinos de Erripagaña han vuelto a salir este sábado a la calle para denunciar lo que consideran años de abandono institucional y promesas incumplidas por parte de los ayuntamientos de Pamplona, Burlada, Egüés y Huarte, además del Gobierno de Navarra.
La concentración, convocada bajo el lema “Erripagaña, una infinita tomadura de pelo”, ha reunido a decenas de residentes que reclaman dotaciones básicas y soluciones administrativas tras más de dos décadas de espera.
Durante la movilización, los portavoces vecinales han leído un manifiesto en el que han acusado a las instituciones de “haber dejado pasar demasiado tiempo” y de “incumplir todos los acuerdos alcanzados”.
Según han recordado, ninguno de los compromisos adquiridos entre 2023 y 2025 para construir un civivox, un polideportivo o impulsar una consulta vecinal se ha materializado. “Estamos hartas, cabreadas, asqueadas”, han afirmado ante los asistentes.
El colectivo vecinal ha denunciado que tras diez años de confianza en los partidos y en las administraciones, “nadie ha estado a la altura”. En su declaración, califican a Erripagaña como “un escándalo histórico” y “una historia de absoluta dejación y abandono”.
Reclaman que, pese a ser un barrio con más de 15.000 habitantes, sigue sin contar con las dotaciones públicas básicas de cualquier zona consolidada de la comarca.
En su manifiesto, los vecinos han reprochado directamente a los alcaldes y concejales de los cuatro municipios implicados su falta de compromiso. “Es vergonzoso que no cumpláis ninguno de los acuerdos a los que llegáis. No habéis movido ni una piedra en las parcelas dotacionales”, han leído. También han recordado que el centro de salud, previsto hace dos años, sigue sin construirse.
Los vecinos han señalado especialmente al Ayuntamiento de Burlada, al que acusan de “bloquear el proceso” y de “haber creado el problema” que ahora impide resolver la situación administrativa del barrio. Además, han reprochado al Gobierno de Navarra su pasividad, recordando que en otros casos como el de Mendillorri, un conflicto similar “se resolvió en siete años”, mientras que en Erripagaña “ha pasado más del doble de tiempo y no se ha hecho nada”.
Entre las principales reivindicaciones del movimiento vecinal destacan tres: dotaciones públicas adecuadas, una consulta vecinal para decidir a qué municipio pertenecer y plazos claros y vinculantes en los compromisos institucionales. “No pararemos hasta conseguir lo que nos corresponde. No vamos a dejar pasar otra legislatura”, han advertido.
La plataforma vecinal ha anunciado que continuará con las movilizaciones mientras no se adopten medidas concretas ni se incluyan sus demandas en los presupuestos de 2026 de las cinco administraciones implicadas. “El tiempo pasa y nuestra rabia crece. Esta vez no”, concluye el manifiesto.