Una auténtica tragedia. Así se ha vivido este martes en Navarra el asesinato de Mateo, un niño de 7 años que ha sido hallado muerto junto a su padre, Txetxo Apestegui, de 54 años, al fondo del Balcón de Pilatos, en la sierra de Urbasa.
Se trata de una zona montañosa y muy espectacular, un acantilado a 924 metros de altura y que no es la primera vez que es utilizado por alguien para quitarse la vida. Lo trágico de este caso es que el padre se ha llevado consigo al niño, estudiante de 2º de Primaria de la Ikastola Lizarra de Estella.
Los investigadores de la Guardia Civil creen que todo ocurrió el lunes. El domingo padre e hijo fueron vistos por otras personas, pero al día siguiente el pequeño no fue al colegio. La alarma no saltó hasta la hora de la recogida. Los padres estaban separados y él no llevaba bien la situación. Aún así, no había denuncias ni sospecha alguna de que lo ocurrido pudiera pasar.
El lunes por la tarde era el momento de que la madre recogiera al niño tras unos días con el padre, pero el niño no salió de clase y la sospecha de que algo grave ocurría se confirmó cuando era imposible localizar al padre ni nadie sabía nada del paradero de Mateo.
La Guardia Civil fue consciente en todo momento de la gravedad del asunto y, junto a otros cuerpos policiales, se inició una búsqueda por la zona, hasta encontrar una pista fatídica que ya hizo pensar desde el lunes por la noche que el padre había podido dirigirse a la zona para suicidarse junto a su hijo.
El coche estaba aparcado, abierto, con las llaves puestas y las ropas de abrigo estaban en su interior. No había opción de que hubieran acudido a dar un paseo, ya que hubieran dejado el coche cerrado y, por la temperatura de estos días y a esa altura de 900 metros, la jornada era fría y ventosa en la sierra de Urbasa.
La noche había caído cuando se produjo el hallazgo del coche y la posibilidad de divisar algo se hizo imposible, a pesar de que durante horas la búsqueda no se interrumpió y los agentes de Guardia Civil y bomberos se movieron por zonas muy peligrosas.
La familia ya conocía lo ocurrido y, aunque se esperaba un desenlace distinto que hubiera hecho al padre arrepentirse de la decisión que llevaba en la cabeza, este martes por la mañana el helicóptero de la Guardia Civil ha localizado los dos cuerpos despeñados por acantilado.
Todo indica que el padre pudo saltar con el niño o lanzarlo primero, pero lo cierto es que la investigación de la Guardia Civil descarta por completo un accidente. Él conocía bien la zona y se dirigió de manera directa a ese punto.
Fuentes de la investigación han confirmado a este medio que, por el momento, no se han encontrado ni mensajes de despedida ni nadie del entorno pudo conocer o saber las intenciones del padre. La autopsia confirmará la hora exacta de la muerte, pero todo indica que fue el mismo lunes.
El padre vivía en Igúzquiza y la madre tiene una peluquería en Estella, donde residía y es muy conocida. La noticia ha conmocionado por completo a las dos localidades, y han sido necesaria la participación de psicólogos para atender a familia y allegados ante esta tragedia.
La alcaldesa de Estella, se ha mostrado rota de dolor tras ser hallados los cuerpos de Mateo, de 7 años, y su padre.
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