La Policía Nacional ha detenido en San Sebastián a cuatro personas por suplantarse la identidad para superar el examen teórico del carné de conducir. De los arrestados, dos se desplazaron desde Navarra y Hospitalet de Llobregat para, previo pago, hacer las pruebas por los verdaderos aspirantes, mientras que otro examinado fue pillado intentando superar el examen mediante "un novedoso sistema tecnológico que, a modo de código morse, le facilitaba las respuestas a través de vibraciones de un pequeño teléfono".
Navarra.com recogió en un artículo las trampas detectadas en Navarra para aprobar el carné de conducir.
Según ha informado la Delegación del Gobierno central en Euskadi, la Policía Nacional en San Sebastián, en colaboración con la Jefatura Provincial de Tráfico, ha realizado diversas actuaciones conjuntas para "impedir y prevenir el fraude en los exámenes de tráfico en Gipuzkoa que se han saldado con la detención de cuatro personas por presuntos delitos de usurpación de estado civil".
Los agentes averiguaron que dos de los detenidos se desplazaron desde Navarra y Hospitalet de Llobregat para, previo pago, realizar el examen en las sedes de Beasain y Azpeitia (Gipuzkoa) suplantando la identidad de los verdaderos aspirantes, que residían en San Sebastián.
Por ello, se procedió a la detención de estas cuatro personas, que resultaron ser dos pakistaníes y dos subsaharianos de 37, 39, 40 y 50años de edad.
Además, durante uno de estos exámenes teóricos, también se detectó a otro aspirante utilizando ·un novedoso dispositivo electrónico compuesto por un router wifi, una batería externa portátil, una microcámara ubicada en su camisa y un teléfono de reducidas dimensiones a través del cual recibía, a modo de código morse, las respuestas mediante vibraciones".
De esta manera, si la respuesta a la pregunta formulada era la opción A, recibía una vibración, si era la B, obtenía dos y si era la C, le daban tres vibraciones", según las mismas fuentes.
Los investigadores tuvieron conocimiento de que este hombre, de nacionalidad marroquí, llegó a pagar hasta 2.000 euros por el servicio, por lo que actualmente se continúan con las pesquisas para la localización de los individuos que participaron en los hechos.
