El bar de las piscinas municipales de Ansoáin ha dado en el clavo con su pincho pote todos los jueves y viernes, una vez finalizada la temporada de verano. Ha conseguido llenar la barra de clientes que desfilan para degustar los pinchos antes de que 'vuelen'.
El bar de las piscinas está en la plaza Consistorial 3 de Ansoáin. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la cuenca de Pamplona.
Como es el caso, por ejemplo, del asador búlgaro Mejana Izvora o del bar Sol y Luna con unos chachopos que asustan y causan furor entre sus clientes.
El Ayuntamiento de Ansoáin licitó el pasado mes de marzo la explotación del bar restaurante de las instalaciones deportivas municipales y de la caseta-bar contigua al campo de fútbol, que recayó finalmente en Iñaki Camino.
La pamplonesa Marian Lacosta de 59 años es la persona encargada de llevar el bar restaurante desde la cocina junto con tres camareros (Belén, Ana y Nacho): "A veces viene también Cristina, la hermana de Iñaki, a echarnos una mano con los pinchos y el bar de la caseta del fútbol los fines de semana".
"Vinimos a finales de mayo de este año 2024 y empezamos en el mes de junio, justo cuando acababan de limpiarlo y de ponerlo decente para trabajar con la temporada de piscinas encima", asegura Marian que trabaja en la hostelería desde los 27 años.
Marian Lacosta no ha quedado muy contenta del verano por la climatología: "Ha sido un verano extraño. Ha habido muchos altibajos con los días de mucho calor, que ha pegado fuerte, y los días frescos que aparecían de repente. Para ser unas piscinas, el tiempo ha ido tirando a justo".
"Pese a todo, lo que hemos trabajado ha sido muy a gusto. La gente se ha portado muy bien. Tenemos buenos clientes y la gente en el pueblo es bastante maja. La terraza es muy grande para el verano y ahora estamos mirando a ver si se puede tapar o cerrarla un poco para los fines de semana", señala Marian.
Acerca del pincho pote que organizan los jueves con pinchos normales y el viernes con pizzas de 19 a 21 horas, afirma: "No es que haya muchos bares en Ansoáin que pongan estos pinchos. Queremos darle un poco de vidilla al bar ahora que llega el otoño. Hay que ingeniárselas para salir adelante".
"Viene bastante gente que iba antes al bar Las Cazuelas cuando estaba Iñaki Camino. Sale a un euro el pincho y procuramos que estén ricos y con imaginación para que den al ojo y hechos con gracia. Hacemos unos 120 y se acaban de lo buenos que están", indica Marian Lacosta.
Los viernes hay una nueva sesión de pincho pote pero con pizzas "para los jóvenes que vienen muchos al bar. Ya que vienen a tomarse unas cañas, por un euro más tienen un trozo de pizza caliente que les apetece comer a esas horas".
Incluso, señala un detalle que le gustó: "Algunos chavales jovencicos de 15 o 16 años que aún no pueden beber, esperaron sentados en el bar hasta que sacamos las pizzas para comprarlas y comérselas en la calle. Fue gracioso", concluye Marian Lacosta.
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