Un barrio de Pamplona ha recuperado uno de sus lugares de encuentro, después de su repentino cierre apenas hace un año. Se trata de la panadería Ugarte, que ofrece pasteles, bollería, pinchos, cafés y bocadillos con una barra amplia y unas mesas en su interior para disfrutar de unos minutos de tranquilidad matinal.
Está situada en la calle Sanguesa 38 en el barrio de la Milagrosa, muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local, como es el caso de la tienda de helados, dulces y prensa Fanny o la tienda de ropa mujer A&E Moda y Complementos.
Es un negocio que llevaron con acierto Claudia López y su madre Raquel Muro durante los últimos años, pero que terminó cerrando para sorpresa de los clientes y vecinos. Era un lugar no solo para coger la barra de pan diaria, sino para entablar conversación y tomar el pulso a la actualidad del barrio.
La panadería ya tiene nueva responsable. Se trata de Eva Hurtado Bellido. Es una mujer boliviana de 50 años "de la frontera de Brasil" que lleva 19 años en Pamplona y tiene una hija que está trabajando por su cuenta en la capital navarra.
"Me gusta mucho Pamplona. Me he quedado. Me siento muy acogida. He hecho mucho emprendimiento y espero que este me vaya mucho mejor. Estoy conociendo gente de todos los sitios. Todos son bienvenidos, no tenemos una sola nacionalidad", indica a Navarra.com
Durante el día "atendemos cafetería y panadería. Tenemos bar sin cocina con todo tipo de pinchos y damos también algunas copitas. Abrimos para San Fermín y tras el verano estamos con ganas de tirar para adelante", afirma Eva Hurtado.
La dueña de la panadería Ugarte elogia a sus vecinos: "Me gusta Pamplona, me enamoré en cuanto llegué. Me siento acogida y es mi segunda casa. Abrimos de 7 de la mañana a dos de la tarde y de cinco a diez de la noche. La verdad que no me puedo quejar y cada día aumenta la clientela y espero que sea mucho más".
Eva Hurtado destaca "los bocadillos de jamoncito de tres euros y de seis euros en plato pequeño. Empanadas caseras, bizcocho casero, tortillas y un poco más de dulces. Estoy muy contenta. Me siento apoyada por todos y no ha habido ninguna mala cara".
"Funcionan muy bien los cafecitos a las 7 de la mañana", señala. Hay mesas dentro de la panadería "con una buena sala para cumpleaños y todo tipo de eventos". Los sábados tiene horario continuo y el domingo es su día libre.
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