La ecuatoriana Diana Mendieta de 34 años ha abierto hace pocas fechas una modesta tienda Bubaloo de caramelos y dulces en la calle Abejeras 6, en el barrio de Iturrama en Pamplona.
Es un local que está muy cerca de otros que hemos conocido en esta sección de comercio local en la capital navarra, como es el caso del supermercado Express o del bar Pato Pinta con sus sabrosas cazuelicas de ajoarriero.
Abrió el pequeño negocio después de San Fermín: "En la temporada mala me dice todo el mundo y esperando ahora a que mejoren las cosas a partir de septiembre. A ver si les apetece a los chicos comerse alguna chuche", afirma Diana.
Su tienda está situada frente al colegio Santa Catalina: "Es la prueba de fuego. Me han dicho los proveedores que es un buen sitio. Se mueve más gente. Pasan muchos críos por esta calle que es muy transitada", comenta.
Antes de abrir su pequeño comercio estaba en desempleo: "Estoy experimentando. Es algo nuevo para mi también. Como quien dice me he lanzado a la aventura. Sin saber pero motivada y espero que me vaya bien, y sino habrá que buscar otra actividad".
Lo que más vende "son las gominolas y las bebidas. También tenemos una máquina de granizado que está funcionando muy bien con el calor. Tenemos diez sabores de granizado que están triunfando entre los pequeños y mayores", explica la dependienta de Bubaloo.
Diana Mendieta lleva 21 años en España y desde el año 2010 está en Pamplona: "Me he movido constantemente por trabajo y he vuelto porque tengo dos chavales y tienen que estudiar aquí. Soy una pamplonesa más. Conozco a mucha gente", señala.
Le gusta Pamplona "porque excepto dos años fuera el resto he estado aquí, donde tengo mi círculo de amistades. Me muevo con tranquilidad. Es como mi casa. Me siento tranquila y me siento segura".
Al conocer mucha gente conoce las calles, los sitios y los lugares: "La gente es muy amable. Te saluda. Es otra cosa, diferente a donde he estado fuera con gente muy fría que no te contesta si le saludas", indica Diana.
En cambio, "Pamplona me ha abierto las puertas y donde uno se siente bien es donde quiero estar", concluye Diana Mendieta a la que se le ve muy ilusionada con su pequeño negocio de dulces y caramelos.
