El pamplonés Rafael López Etayo lleva nueve años trabajando en su frutería situada en la avenida de Carlos III 67 de Pamplona, muy cerca del monumento a los Caídos, y lo hace con mucho éxito entre los vecinos del segundo Ensanche de la capital navarra.
La tienda Frutas Iruña expone sus productos en la misma acera de la avenida y está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local, como es el caso de la tienda Culinarium o la joyería Montiel.
Rafael López va a cumplir 63 años y lleva en la fruta desde los 16 años. Asegura que su frutería "es la referente del segundo ensanche, como lo fue antes la tienda que tuvimos en Sancho el Fuerte y en la calle Sandoval, donde hemos estado 40 años".
"De Pamplona, de la calle Tejería y de la Chantrea", afirma hablando de sus orígenes. "Mis padres eran mayoristas de fruta y luego pusimos las fruterías. Estudié poco de pequeño porque era muy listo y no me hacía falta", indica con ironía." Llevo más o menos 50 años en esto. Con 12 años ayudaba a los padres y me establecí con 16 años".
Rafael López indica que salen adelante "con mucho trabajo y con pena de que no hay gente para seguir. Cuando nos jubilemos nosotros la gente no quiere seguir, ni los hijos, estar 18 horas. Quieren estar 8 o 10 horas pero nosotros empezamos a las tres y media de la mañana y terminamos muchos días a las nueve de la noche. Es un trabajo esclavo".
Señala que hay relevo familiar "pero no están dispuestos a asumir lo que hago yo. Bajarán un poco el ritmo. Ahora tengo los dos hijos en la tienda de 28 y 32 años. Lo llevan mejor que yo, pero dicen que tantas horas es demasiado. Ya se apañarán y reducirán horarios".
A Rafael se le ve feliz con su negocio: "Yo disfruto con la gente, hablando con los clientes y viendo la mejor frutería de Pamplona. No es porque sea nuestra pero no hay otra en Pamplona. Quiero mucho a todos mis amigos fruteros pero no preparan la fruta como nosotros".
Asegura que la diferencia sobre el resto de tiendas es "el cariño que le damos y tenemos un buen servicio a domicilio. Todo tipo de verduras y ensaladas preparadas y un trato exquisito con la gente donde te dan las gracias por atenderles así. Se trata al cliente como se merece y la gente está agradecida".
En cuanto al resultado económico del negocio, Rafael señala: "Vendemos lo suficiente como para mantener una plantilla de seis personas. Cada uno tiene su faceta. Yo ando más en compras y en ventas. El hijo anda más en reparto. Tenemos dos chicas para limpiar verduras, y los demás atienden al público".
El futuro de las fruterías en Pamplona lo ve complicado: "Esto está cambiando mucho porque no hay relevo. Nos jubilamos los fruteros de toda la vida y llegan pakistaníes y chinos que trabajan de otra manera, comprando artículos que nosotros no queremos". "Dentro de diez o doce años esto es lo que habrá".
- Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
- Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.