Javier Marrodán y Héctor Devesa, graduados y antiguos profesores de la Universidad de Navarra, han sido ordenados sacerdotes en Roma. Ambos recibieron la ordenación el pasado 20 de mayo, junto a otros 23 fieles del Opus Dei, de manos del cardenal coreano Lazzaro You Heung-sik en la basílica romana de San Eugenio.
El pamplonés Javier Marrodán Ciordia, licenciado en Ciencias de la Información (1989) y doctor en Comunicación Pública (2000) por la Universidad de Navarra, destaca que tanto la ordenación como la primera misa que celebró al día siguiente en la iglesia de San Lorenzo in Damaso “fueron dos jornadas muy emocionantes y en las que le arropó una buena representación de la Facultad de Comunicación”.
El periodista, que celebrará su primera misa solemne en el colegio Irabia de Pamplona el próximo 17 de junio, relata cómo terminó de madurar su vocación: “Me había planteado en varias ocasiones la opción del sacerdocio y más de una vez se lo había contado por escrito al prelado de la Obra, pero un día muy concreto de 2018, mientras bajaba del Baigura por el hayedo que conduce a los montes de Areta, lo vi de un modo mucho más claro. Pienso que la palabra ‘llamada’ es la más oportuna”.
Javier Marrodán trabajó como redactor en Diario de Navarra (1988-2007), director de la revista Nuestro Tiempo (2007-2011) y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra hasta 2019. Es autor de Regreso a Etxarri-Aranatz (2004), sobre las víctimas del terrorismo, y ha dirigido el proyecto Relatos de plomo, sobre la historia del terrorismo en Navarra, que dio lugar a tres volúmenes editados entre 2013 y 2015.
En 2017 publicó con varios alumnos de Periodismo Auschwitz en primera persona. Una aventura periodística y en 2019 Heridos y olvidados. Supervivientes del terrorismo en España, con la periodista y profesora María Jiménez. En 2019 dejó Pamplona y marchó a Roma, donde en 2021 se licenció en Teología Moral por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Allí publicó el libro Tirar del hilo. Todas las historias que me han llevado a Roma.
Por su parte, el sacerdote Héctor Devesa afirma que “la vida del cristiano es compartir el amor de Dios que uno vive” y que el sacerdocio ministerial “supondrá administrar directamente ese amor: ser las manos de Cristo”. Doctor arquitecto por la Universidad de Navarra, licenciado en Teología Dogmática por este mismo centro y doctor en Teología Litúrgica por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, destaca que en los estudios de teología ha continuado explorando las cuestiones e intereses que le han acompañado toda su vida: “La manifestación de Dios en la expresión de la belleza”.
Natural de La Vila Joiosa (Alicante), Héctor Devesa celebró el pasado 3 de junio su primera misa solemne en la Iglesia de la Asunción de esta localidad, justo en el día en el que se cumplían los 40 años de su primera Comunión. “Me siento conmovido por el gran entusiasmo con el que me han recibido en mi ciudad. Ha sido todo desbordante de fiesta, de cariño humano; con innumerables muestras de afecto delicadas por parte de muchísima gente que lo manifestaban en obsequios muy personales”.
Héctor Devesa fue profesor de la Universidad de Navarra, donde impartió las materias de Arte y Arquitectura Moderna y Contemporánea. También dirigió los colegios mayores Ayete (San Sebastián) y Belagua (Pamplona), desde donde impulsó un programa educativo en el Consejo Nacional de Colegios Mayores. Asimismo, se ocupó del asesoramiento de los centros educativos juveniles vinculados al Opus Dei en Navarra y el País Vasco (2010-2018), antes de partir a Roma.
De su etapa en la capital italiana, destaca una anécdota relacionada con Navarra, a raíz de su amistad con el sacerdote Pablo Colino, canónigo de San Pedro del Vaticano y maestro emérito de la Capella Giulia. “Hemos compartido conversaciones sobre su querida tierra (Lumbier, Arriba, Etxarri Aranatz, etc.), sobre música y arte, etc.; me he sentido tan enriquecido tanto de su humanidad y de su sacerdocio que he quedado cautivado”. Por este motivo, le pidió que fuera él quien le impusiera la casulla en la ceremonia del pasado 20 de mayo. Y después de hacer ese gesto litúrgico le preguntó: “¿Dónde está Ciordia?” (en referencia al segundo apellido de Javier Marrodán). “Se fue con su “bastonico” para allá para darle un abrazo, con la sorpresa de los de su familia que preguntaban quién era ese sacerdote mayor”, recuerda Devesa con cariño.
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