La administración Esquina de la Suerte de la Avenida de Zaragoza en Pamplona ha vuelto a celebrar un pellizco importante en la Lotería de Navidad. Ha repartido el tercer premio por segundo año consecutivo y su responsable, Eva María Galdeano Bravo, ha reconocido que el momento “tiene un gusto especial”.
“Es el segundo año consecutivo que reparto el tercer premio”, ha explicado, todavía con la emoción reciente. Ha contado que este año quería ir “a por el Gordo” porque esa es la camiseta que le falta. “Pero lo importante es celebrar un premio”, ha asegurado.
Según ha detallado, la administración ha vendido siete décimos del número agraciado. “El año pasado sólo vendí uno”, ha señalado. Cada uno de esos décimos ha estado premiado con 50.000 euros, una cantidad que ha sumado un total de 350.000 euros repartidos entre los 7 décimos vendido en este punto de venta en Pamplona.
Galdeano Bravo ha admitido que no sabe exactamente cómo se ha distribuido la venta. “Desconozco si se los habrá llevado todos la misma persona o si se han vendido por separado”, ha dicho. Y ahí, precisamente, ha situado una de las partes más especiales de su trabajo.
Ha explicado que muchas veces los premiados vuelven después, ya con el décimo en la mano, y entonces les pone cara. “Es muy especial porque ya creas un vínculo”, ha resumido.
En su caso, ese vínculo se ha ido construyendo con el paso de los años. “Los acertantes suelen venir de año en año. Tengo clientes muy fijos. Dejan de ser clientela para ser parte de mi familia”, ha contado emocionada. Describe asíuna relación que se ha ido haciendo más cercana sorteo tras sorteo.
El premio, además, se ha hecho esperar. Este año, ha confesado, la suerte se ha resistido durante buena parte de la mañana. “Desde el primer premio que se ha cantado, he bailado sólo un número del centro. Casi. Y así con todos”, ha recordado, aludiendo a ese ritual que muchos loteros viven como una mezcla de intuición y deseo.
Ha dicho que el giro ha llegado cuando, por fin, ha visto la combinación completa. “Ya tenía que caer", relataba, como si el alivio hubiese llegado de golpe en cuanto ha encajado todas las cifras.
No es la primera vez que esta administración se ha colado en la conversación navideña de la ciudad. Galdeano Bravo ha hecho memoria y ha situado otros hitos. “En 2014 di un segundo premio, en 2017 también el segundo. El de este año es nuestro cuarto premio y una alegría grandísima”, ha explicado.
Esa trayectoria, ha insistido, no le ha quitado nervios a la jornada. Al contrario. Ha recordado cómo vivió la primera vez que repartió un premio y cómo ha cambiado su relación con los medios. “La primera vez que di un premio me empezaron a llamar los medios de comunicación y yo les decía que se equivocaban”, ha contado.
Ha añadido que llegó a colgar varias llamadas porque no se lo creía. “Cuando había colgado a cuatro, me llamó la delegada a darme la enhorabuena. Ahora ya os espero”, ha bromeado.
Para Galdeano la ilusión es un motor. “Estoy feliz. Es un premio a la ilusión que le pongo a este sorteo”, ha dicho. Y ha procedido a abrir una botella de champán que tenía preparada para la ocasión. "Hay que delebrarlo".