Navarra es una de las pocas comunidades autónomas que tiene su trocito de los Pirineos. Alrededor de esta majestuosa sierra que separa Francia de España hay numerosas localidades y pueblos que, con sus temperaturas más frescas, merece mucho la pena visitar.
Uno de esos pueblos es Roncesvalles, una villa con mucha popularidad pero con muy poquitos habitantes pues viven menos de 20 personas. Roncesvalles está a 47 km de Pamplona y a 25 km de San Juan de Pie de Puerto.
El origen de Roncesvalles se remonta a la romanización de la península. A través del asentamiento que había por la zona se construyó una calzada romana que fue muy útil para los celtas y los visigodos. Esta vía que iba desde la Galia hasta España estuvo bajo constante vigilancia ya que había que proteger a la antigua Pamplona y Bayona de posibles ataques.
Sin embargo, en la historia de Roncesvalles el momento más destacable es la batalla de Roncesvalles contra el rey Carlomagno durante el siglo VIII. Fue un momento tan importante en la historia que, en algún lugar de Francia, se escribió el Cantar del Roldán, un poema épico que habla de la emboscada contra el rey francés que se produjo entre Roncesvalles y la villa de Burguete.
Además, esos acontecimientos promovieron la creación del reino de Pamplona, un nuevo recorrido del Camino de Santiago, la Batalla de Roncesvalles de 1813 y otras muchas contiendas relacionadas con franceses y musulmanes. Con todo este recorrido histórico que lleva a sus espaldas, es de esperar que Roncesvalles esté lleno de monumentos, edificios y obras de la antigüedad.
En esta localidad se puede visitar el Hospital de Peregrinos, conocido también como Hospital de la Caridad. Esta construcción del siglo XII fue un proyecto ideado por el obispo de Pamplona Sancho de Larrosa y el rey Alfonso I el Batallador, pero fue reconstruida en 1807.
La Iglesia de la Real Colegiata de Santa María es otro edificio que resalta en Roncesvalles. El templo actual se construyó entre el año 1215 y 1221 gracias a Sancho el Fuerte, quien fue enterrado en ese lugar. Dentro de la iglesia hay una espectacular Virgen del siglo XIV.
Sin embargo, el edificio a visitar que más destaca en Roncesvalles es la capilla de Sancti Spiritus, conocida comúnmente como el silo de Carlomagno. Es el edificio más antiguo de la localidad y su nombre se debe al enterramiento de los guerreros francos que fallecieron en el año 778 durante la primera batalla de Roncesvalles, entre ellos el comandante Roldán.
El edificio tiene una cúpula en forma de pirámide que lleva en lo alto una pequeña cruz de piedra. Desgraciadamente, la capilla que se puede ver actualmente no es la original. Con el tiempo, se ha ido transformando y restaurando, tratando de ser lo más fiel posible al diseño original del sigo XII.
La capilla se asienta sobre un pozo que anteriormente servía de osario, con muros de mampostería y bóveda de medio cañón del mismo material. Sobre el pozo se alza el templo propiamente dicho, de planta cuadrada y sencilla bóveda de crucería simple. Los arcos que lo decoran son de medio punto y descansan en pilares cuadrados con imposta superior.
Para llegar hasta Roncesvalles es necesario conducir por la carretera Pamplona-Roncesvalles N-135. El silo de Carlomagno está abierto los martes, los jueves y los viernes tanto en horario de mañana como de tarde.
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