Hace dos años, en la plaza de toros de Estella, Sánchez Vara se enfrentó a Santero, toro de Reta de Casta Navarra lidiado en tercer lugar. Le cortó las dos orejas y disfrutó las mieles del éxito tras conseguir una buena faena ante el mejor animal de aquel encierro.
Ayer en Tafalla, parecía que la historia se repetía. Tercer animal de la tarde, de nombre Rabón, ovacionado de salida, también de Reta de Casta Navarra. Recibió un solo puyazo y fue banderilleado con oficio a los sones de Urepeleko Artzaina. Parecía que podía ser y, efectivamente, fue el toro de la tarde. Sánchez Vara iniciaba por doblones la faena y el toro, que tenía más bien cara de vaca, embestía a la muleta, a diferencia de lo que habían hecho y harían sus hermanos. Continuó sobre el pitón derecho pudiendo dar una gran tanda, sin quedarse quieto, eso sí. Es lo que tiene lidiar este tipo de toros, que no se nos olvide. Al echarse la muleta a la zurda, quiso el viento hacer acto de presencia en el coso tafallés, pero poco importó.
Dos grandes tandas por el pitón izquierdo, rematadas con sendos pases de pecho fueron el cenit de la obra. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en el coso del Yerri en 2022, pinchó Sánchez Vara. El repetido fallo con los aceros se llevó cualquier opción de trofeo, siendo el premio final el de una merecida vuelta al ruedo.
Sin embargo, había una sensación general en el tendido para ese momento. A Rabón se le podía haber hecho mucho más y, vistos tres toros hasta ese momento, las lidias estaban dejando mucho que desear. Probablemente mucho tuvo que ver todo lo ocurrido en el primero de la tarde, Veleto. Nº 103, colorado nacido en febrero de 2020 y del hierro de Alba Reta. Si bien Sánchez Vara llegó a darle dos verónicas y el toro se arrancó una primera vez al caballo, tras el puyazo ya se notó de dónde venía.
Ignoraba al picador y se marchó directo al que guardaba la puerta, que en Tafalla se encuentra, curiosamente, en la contraquerencia del animal, frente a toriles. En banderillas solo se colocaron cuatro palos y, cambiado el tercio, el matador pretendió iniciar la faena en los medios a un toro que pedía tablas. Con mucha actitud, Sánchez Vara intentó torear por naturales, pero aquello era imposible. Imposible no, pero casi, resultó la suerte suprema.
El toro se hizo dueño de la situación, no había manera de clavar en suerte natural y se iba directo al pecho del torero. El miedo cundió y, finalmente, murió el colorado por descabello.
El segundo, el cuarto y el quinto, todos ovacionados de salida, no lo pusieron nada fácil, pero en ellos se vio el paso del tiempo y la carga física y mental que supone lidiar en solitario seis toros de Reta. Más aún cuando el primero de la tarde ya ha supuesto un esfuerzo sobrehumano que más de uno en lo alto del escalafón no es capaz de imaginar ni en sus peores pesadillas. En el segundo, un colorado bocidorado, hubo poco que comentar en el caballo, tan solo un puyazo al relance.
Quizá hubiese sido bueno darle un poco más a toda la corrida en el tercio de varas, con el fin de castigar más a los fuertes toros navarros. Trucha embestía en recto y tan solo se le pudo sacar una tanda de derechazos, antes de recetarle una estocada trasera y tendida. Extraordinario puntillazo, eso sí. El cuarto se mereció más por parte del matador. Contentas era el animal más joven del encierro, un cuatreño de junio de 2020 muy serio de pitones. Además, fue el animal que más castigo recibió en el caballo. Con todo, hubo lucimiento en banderillas y, sin embargo, Sánchez Vara se desentendió completamente de él.
El enfado y desconcierto del público se hicieron patentes. Se habría agradecido un intento de quebrantar al toro macheteando, aún sin lucimiento. Pero un intento al menos. Del quinto, Tenderico, de Alba Reta, lo más destacable fue que partió la pica en el primer encuentro del tercio de varas, así como que lo puso muy difícil en banderillas, rompiendo con la tónica previa de la corrida en este tercio. Un intento de tanda muletera y varios pinchazos por parte de Sánchez Vara pusieron le fin y dieron paso al último toro de la tarde.
El sexto, de Reta de Casta Navarra, tuvo que ser devuelto tras recibir dos puyazos. Lesionado de una mano, fue sustituido por un toro negro de las Hermanas Azcona, de nombre Almendrita. Mansote y noblón, supuso un epílogo agridulce para el festejo, dado que el interés del cartel residía, precisamente en los toros de casta navarra, no en uno de procedencia Jandilla. Para estas alturas, Sánchez Vara acusaba el cansancio y la frustración de una tarde dura, por lo que no se llegó a acoplar al animal. Aun así, las dos tandas finales por el pitón derecho salvaron la faena y permitieron que se le solicitase y concediese una oreja protestada.
Mención aparte a todos los detalles de la tarde. Faltan dedos en las manos para contar los arreones de los toros, las caídas y trompicones de los subalternos al tomar el olivo, los capotes volando por los aires y las idas y venidas de los picadores en el tercio de varas, incluso haciendo la carioca. Destacaron en banderillas “Venturita”, Úbeda y, especialmente, Tornay, que saludaron merecidas ovaciones.
No obstante, la actuación general de las cuadrillas en la lidia dejó bastante que desear, para decepción del público que abarrotaba la plaza. Esta corrida de toros, quizá, hubiese sido distinta de no ser toda para un mismo matador, suponiendo un menor desgaste para él y su cuadrilla. Quién sabe. A toro pasado, todos somos Manolete (o Sánchez Vara).
Ficha del festejo
Plaza de Toros de Tafalla, sábado 18 de agosto de 2024, tercer festejo de feria. Corrida de toros. Lleno.
Toros: Alba Reta (1º y 5º), Reta de Casta Navarra (2º, 3º, 4º, 6º) y Hermanas Azcona (6º bis). Ovacionados de salida casi todos, el anovillado sobrero fue protestado.
Torero: Sánchez Vara (ovación, ovación, vuelta al ruedo, pitos, silencio y oreja).
