La asamblea echó abajo los presupuestos y días después aparecen otras cuentas con millón y medio más de ingresos. ¿Quién lo entiende?. O nos tomaron el pelo quince días antes, o quince después. El ‘factotum’, máximo gestor del club, tiene motivos para andar estresado.
El fútbol norteño hay que saber preverlo y ejecutarlo, actuar en consecuencia. Lo que no es de recibo es jugar al toque en una piscina. La culpa es del entrenador. No del ‘factotum’. A éste hay que buscarle por otros lares.
El equipo va para arriba. Es la noticia buena. La pena es que el club apunta hacia abajo. Sin presupuesto, con el presidente reprobado y sus proyectos rechazados uno tras otro, el ‘factótum’, sigue ahí, fuera del orden del día.