Este lunes se celebra el 'Día de Europa' y desde el Gobierno de Navarra hemos recibido una colorida invitación en azul y amarillo para asistir a los festejos que han programado. Podría incidir en lo cutre de la invitación, pero prefiero centrarme en la hipocresía de quienes celebran lo que desprecian en un localismo que no entienden ni ellos.
La Unión Europea no puede seguir ignorando la deriva autoritaria del presidente Erdogan por más que la canciller alemana Angela Merkell se empeñe en hacer la vista gorda con tal de que Turquía empiece a hacerse cargo de los refugiados que han llegado a la puerta de Europa huyendo de la guerra.
Cientos de personas han salido a la calle convocadas por Sos Racismo Navarra, Amnistia Internacional y la Plataforma Papeles y Derechos Denontzat bajo el lema 'Ninguna persona es ilegal. Inor ez da ilegala', los convocantes han indicado que "aunque hemos conseguido legislar contra la discriminación y que se hable de delitos de odio y de xenofobia, en la práctica queda una largo camino por recorrer".
Turquía no cumple los mínimos requisitos para formar parte de la Unión Europea pero ha lanzado un guante a los dirigentes de la Unión: si quieren que ayude a resolver el problema de los refugiados tienen que darle mas dinero, dar visados a los turcos para ir y venir a su antojo por Europa pero sobre todo acelerar el proceso para su integración en la UE.
Unas horas antes de que la Unión Europa tomara uno de los acuerdos más indignos de su historia -expulsar a Turquía a todos los inmigrantes y solicitantes de asilo, huyan o no de conflictos o persecución-, el escritor italiano Andrea Camilleri hacía un diagnóstico certero de la realidad.